Bentonville, Arkansas. – (Agencias) La camarera Ryan Brandt se acercó a uno de los más de 30 comensales llevándoles la cuenta del servicio. El cliente entonces se paró para hacer un anuncio, mientras Brandt lo observaba.
“Estamos dando la propina”, gritó Grant Wise, para que todos escucharan, “un total de 4,400 (dólares)”.
Los aplausos y vivas estallaron, mientras Brandt, de 35 años, tapaba su rostro con las manos y sollozaba de emoción mientras Wise ponía las manos sobre sus hombros
«Fue un momento hermoso y uno que nunca olvidaré», escribió Wise en una publicación en línea. La propina iba a ser dividida entre los que, junto con Brandt, habían servido a los comensales.
Pero lo que sería un buen y estimulante gesto, se convirtió en una pesadilla para Brandt y duras críticas al restaurant Oven & Tap, en Bentonville, Arkansas, donde trabajó durante tres años, escribe The Washington Post.
Dos semanas después, Brandt ya no trabaja, y su antiguo patrón se ha visto obligado a defenderse después de despedirla.
Todo comenzó con un gesto humano y un deseo de Wise, de cenar con algunos de sus clientes en uno de los restaurantes favoritos de la localidad, mientras ayudaba a alguien.
El presidente y cofundador de una compañía de soporte para agentes de bienes raíces en su publicidad en Facebook, había disfrutado la comida en Oven & Tap, en gran parte por el servicio que le había prestado Brandt.
Él y su esposa querían como partir su experiencia con algunos de sus clientes. Eligieron el restaurante a través de Dinners Club.
El costo del asiento es de 100 dólares y cuyos participantes aceptan dar cada uno 100 dólares de propina en establecimientos de toda la ciudad. Otros que no fueron esa noche a Oven & Tap dieron su propina de 100 dólares.
«Nos encanta la comida y nos encanta el ambiente», escribió Wise en línea. «Nuestros clientes sintieron exactamente lo mismo después de que terminó la cena».
Según declaró Wise, habló a Oven & Tap antes de la comida para solicitar el servicio y a Brandt entre los meseros de esa noche, y para asegurarse de que su plan no tuviera conflicto con las políticas de propinas del restaurante.
Sin embargo, el gerente del lugar le dijo que los meseros, que habían estado sirviendo a los comensales, no podían quedarse con el dinero, declaró Brandt a la cadena KNWA FOX 24.
En cambio, dijo, tendría que compartirlo con camareros, cocineros, ayudantes de servicio, algo que nunca había sucedido.
De acuerdo con la declaración de su abogado, Bill Horton, al Washington Post, la política de propinas de Oven & Tap incluye el 7% de la venta de alimentos y bebidas para el servicio en la cuenta del cliente, la propina se deja intacta para el personal que sirvió.
Brandt, aun así, entregó la propina, dijo Horton. Brandt fue a agradecerle a Wise su generosidad mientras le explicaba que no había podido quedarse con la propina. Wise se dirigió hacia los dueños del restaurante a que le devolvieran el dinero.
Les explicó que, él y sus compañeros comensales, tenían la intención de darles el dinero a los camareros que atendieron al grupo.
Wise, le regresó el dinero a Brandt y a los demás camareros que habían servido, Brandt, finalmente, se quedó con 2,200 dólares.
Mollie Mullis, la copropietaria de Oven & Yap, dijo a la cadena KNWA que Wise no había preguntado sobre la política de propinas del restaurante antes de la comida.
Los propietarios dijeron a The Washington Post, a través de un portavoz, que el restaurante normalmente toma las propinas de las cuentas de los clientes para repartirlas entre otros empleados, pero los camareros pueden quedarse con la totalidad de la propina en efectivo.
Para fiestas grandes, agregó el portavoz, el restaurante decide cómo manejar las propinas revisando cada caso.
Para Natalie Ghidotti, presidenta y directora ejecutiva de una firma de relaciones públicas con sede en Little Rock, Arkansas y portavoz, dijo que los propietarios devolvieron la propina respondiendo a la solicitud de manera honorable.
Dijo que los dueños distribuyeron 7,000 dólares entre los otros empleados, “porque sentimos que todo el personal trabajo duro para atender el servicio de una gran fiesta esa noche”.
El 7 de diciembre, los dueños le dijeron a Brandt que la despedían por haber comentado a Wise como se había distribuido su propina, dijo Horton. Por su parte, Ghidotti confirmó el despido a The Post, aunque, dijo, los propietarios no comentarían los motivos.
Ahora, los propietarios han amenazado con demandar a Brandt en unca carta de cese, donde afirmaban que había dañado la reputación del restaurante permanentemente.
De acuerdo con la carta, el abogado Steve Brooks escribió que «las personas que nunca han estado en el restaurante han dejado desde entonces innumerables reseñas injustificadas de 1 estrella … una avalancha de críticas negativas, que sin duda afectarán [el negocio del restaurante]».
Wise comenzó una campaña de GoFundMe para recaudar dinero para que Brandt pudiera pagar el alquiler y comprar comida mientras estaba desempleada.
En cuestión de días, la recaudación de fondos superó su objetivo al recaudar más de $ 8,700.
Mientras la campaña recaudaba dinero, Brandt recibió buenas noticias, dijo Wise: Había conseguido un trabajo como mesera en otro restaurante. Su primer turno fue la semana pasada.
