Nueva Delhi, India. – (Agencias) Entre enero y febrero, la India celebra el festival de Thaipusam. Un escaparate con prácticas de autoperforación que dejan atónito a quienes no están acostumbrados.
Los participantes más devotos del festival pasan por una forma de autoflagelación con el fin de aplacar al dios de la guerra hindú, Murugan.
Los hinduistas creen que entre más resistan el dolor, más cerca están de sus dioses. Por ello bailan cargando símbolos del hinduismo que pesan hasta 20 kilogramos.
Como parte de las actividades, los hinduistas caminan unos tres kilómetros hasta la Cueva de Batu. Para llegar a ella tienen que subir una escalera empinada de 272 escalones.
Algunos hindúes para mostrar su resistencia traspasan afilados objetos metálicos entre la piel de sus cuerpos, los hindúes con mayor abundancia llevan un cubo la leche sobre sus cabezas.
La Cueva de Batu es uno de los lugares sagrados del mundo hindú porque en su jardín alberga la estatua de Murugan, de 42 metros de altura.
Sin embargo, este año, debido a la situación epidemiológica por el COVID-19, participa menos gente.
«El año pasado, después del festival Thaipusam, fue anunciado el cierre debido al coronavirus. Pero ahora la situación ha cambiado y la mayoría de los locales se han abierto, estamos felices por eso. Si el cierre continúa, estaríamos decepcionados», dijo un participante local Vijay.
Además, el festival se celebra también en Indonesia, Malasia y Sri Lanka.