Toronto, Canadá. – (Agencias) La rapidez y el sigilo fueron dos elementos clave en las campañas militares exitosas. El ataque a Pearl Harbor, la invasión aliada a Normandía, el Caballo de Troya y el asalto aéreo israelí en la guerra de los seis días, son algunos ejemplos de ello que cita el artículo de Allan Woods, articulista del Toronto Star.
Sin embargo, el presidente ruso Vladímir Putin tiene un concepto diferente. Sin maniobras a los flancos. Sin ataques furtivos. En cambio, está desarrollando un avance incesante, poco a poco, testificada en una vista desde el cielo a través de aviones espías, capturada por cámaras en los automóviles o anunciada en vivo en la televisión estatal rusa, de acuerdo con Woods.
Si como dicen los lideres occidentales, el mundo está viendo la invasión masiva de Ucrania, puede pasar a la historia como la invasión más lenta y mas avisada en la historia militar. Para Woods, en lugar de mostrar el poder brutal del oso ruso, está mostrando el caracol eslavo enojado, moviéndose lenta pero constantemente hacía un punto aún no definido.
Putin, con su firma, ha desafiado al derecho internacional para ganarse un premio: Donbas, económicamente devastada y casada de la guerra. La única duda es hasta donde podrá detenerse. “Todavía creemos que Rusia está preparada para ir mucho más allá al lanzar un ataque militar masivo contra Ucrania”, dijo el martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Por su parte, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, agregó que, además de 150,000 soldados, Rusia tiene misiles, vehículos blindados, carros de combate, drones, sistemas de guerra electrónica y misiles antiaéreos.
“Esta es una fuerza que no solo es fuerte y está bien equipada… sino que también es una fuerza que ahora cuenta con todos los recursos de municiones y combustible”, dijo.
Sin embargo, no es del todo cierto que un ataque ruso sería sin previo aviso, como lo ha declarado Stoltenberg. Ha habido meses de advertencia al mundo. Advertencias histéricas. Durante gran parte del año pasado, los ucranianos estuvieron viviendo con la amenaza de una invasión, asegura Woods.
Putin empezó a concentrar tropas alrededor de la frontera con Ucrania desde la primavera pasada. Concentrándolas, retirándolas y moviéndolas con el pretexto de realizar misiones de entrenamiento. En otoño pasado, Moscú estuvo exigiendo garantías de seguridad de occidente y prometió que la OTAN retiraría las armas y tropas de Europa del Este. Advirtió que si no cumplían sus demandas habría respuestas “técnicas militares” no especificadas.
Estados Unidos y los países de la alianza negaron rotundamente la exigencia más importante de Rusia: negarle la admisión a Ucrania a la OTAN y retirar las fuerzas de Europa del Este. Y la respuesta de Putin es tan militar como parece, “técnicamente hablando”.
Si hubo una finta por parte de Putin, fue el lunes. Emmanuel Macron hizo una llamada pasada la media noche del lunes al presidente ruso, quien le hizo creer que estaba de acuerdo de asistir a una cumbre con el presidente de Estados Unidlos, Joe Biden. Horas mas tarde del amanecer del otro día, lo negó y, al contrario a la diplomacia, puso en marcha la siguiente etapa de sus estrategia.
A media tarde, la televisión estatal pasó lo llamados de protección de los lideres separatistas de las regiones Dunetsk y Lugansk, quienes aparecieron antes de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional con Putin, donde uno a uno de los consejeros instaron a su presidente a acudir en ayuda de las repúblicas de Donbas.
Un poco más tarde, Putin reapareció con un discurso a la nación explicándole por qué en ocho años de guerra entre los separatistas ucranianos por-rusos y las fuerzas regulares de Ucrania, era de imperiosa necesidad de reconocer la independencia de las dos regiones y proteger a sus ciudadanos de un “genocidio” llevado a cabo por Ucrania.
