Internacional

La misma noticia sombría

El periódico Onion, en 2014, satirizó la cobertura noticiosa de tiroteos masivos tan ritualizada en un titular: “No hay forma de prevenir esto. La única nación donde esto sucede regularmente”

Washington, D.C. – (Agencias) En un excelente reportaje de  Paul Farhiy y Elahe Izadi, periodistas del prestigioso diario The Washington Post, señalan lo que han experimentado los periodistas y los medios de comunicación que cubren las terribles masacres en Estados Unidos. Sin duda, la misma experiencia que reporteros de medios en ciudades violentas, generalmente en el mundo de los países pobres o subdesarrollados. Sin embargo, estamos hablando de Estados Unidos, donde su amor por las armas les ha costado familiares.

Victor Blackwell, presentador de CNN, cuando parado afuera del supermercado de Buffalo el pasado 16 de mayo, conteniendo las lágrimas mientras informaba del tiroteo donde murieron 10 personas y todas afroamericanas, se preguntaba cuando tendría que informar la próxima masacre.

Victor Blackwell

«He hecho 15 de estos, al menos los que puedo contar», dijo Blackwell a los espectadores . “¿Estamos destinados a seguir haciendo esto, ciudad tras ciudad? ¿Acabamos de resignarnos a que esto es lo que vamos a ser?” (cita del artículo). No pasó mucho, una semana después estaba informando la número 16.

El martes pasado, Blackwell, que estuvo al aire, tuvo que dar la noticia de que en una escuela de primaria del sur de Texas acababa de ser atacada por un hombre armado. Al final del día, la cifra fatal era de 19 niños y dos maestras asesinadas.

Para los periodistas y los medios de comunicación, la cobertura de la masacre de Uvalde, Texas, se sintió como un “grotesco deja vú”, escriben Farhiy e Izadi: las alertas policiales iniciales, la escena del crimen abarrotada, las tomas de helicópteros en vivo, las tragedias familiares e, inevitablemente, otra ronda de debates inconclusos sobre el control de armas y la salud mental.

De acuerdo con la presentadora Rachel Martin, de la National Public Radio (NPR), los tiroteos masivos se han vuelto tan rutinarios que su estación ahora cuenta con un libro con instrucciones para cubrirlos. “Cada vez, existe una necesidad urgente de representar la pérdida en esas comunidades y escuchar las historias de las familias de las víctimas y la indignación, pero se ha convertido en esta dolorosa rutina que es simplemente insoportable”, dijo, e hizo una pausa conteniendo las lágrimas. «Es horrible», concluyó. (cita del artículo).

Rachel Martin, en el programa «Morning Edition

El periódico Onion, en 2014, satirizó la cobertura noticiosa de tiroteos masivos tan ritualizada en un titular: “No hay forma de prevenir esto. La única nación donde esto sucede regularmente”, decía. El periódico volvió a publica su sátira más de 20 veces desde entonces, incluida la semana pasada y luego nuevamente el miércoles, el día después, cuando todos los titulares en la pagina de inicio decía: “No hay manera de prevenir esto”. Esta vez, la sátira no está tan alejada de la realidad.

El 16 de mayo, el diario The New York Time publicó la lista de tiroteos masivos, donde la masacre de Buffalo, que dejó 10 víctimas mortales, la describía como “el tiroteo masivo más mortífero en los Estados Unidos en lo que va del año”. Esta semana el artículo se actualizó para registrar el nuevo tiroteo más mortífero del año con solo unos pocos cambios de palabras: “escuela” por “supermercado”; “Uvalde, Texas” por “Buffalo”; “10 personas” por “19 niños y dos profesores”.

fragmento del New York Times

The Washington Post hizo lo mismo con la historia del publicada el miércoles sobre como hablar con los niños sobre balaceras. “Hemos escrito esta historia demasiadas veces”, comenzaba el artículo. “En lugar de escribir uno nuevo, estamos renovando los consejos que compilamos en el pasado sobre cómo hablar con sus hijos sobre cosas que los asustan. Esto se aplica a este horrible tiroteo más reciente. Desearíamos no tener que actualizar continuamente estos consejos, pero aquí estamos”.

En una entrevista, Martin, quien es coanfitriona de “Morning Edition” de NPR, dijo que ha perdido la cuenta de las balaceras que ha cubierto. El primero fue en 2007, cuando como reportera cubrió el tiroteo de Virgnia Tech en el que murieron 32 personas y 19 resultaron heridas por un estudiante armado. Ha cubierto tantos desde entonces que «es realmente revelador que ni siquiera pueda nombrarte todos los tiroteos»(cita del artículo).

Martin dijo que después de cada uno de estos eventos se llevan a cabo reuniones editoriales donde se presentan una lista a verificar demasiado familiar: ¿Hemos tenido noticias de las familias de las víctimas? ¿Qué dice el oficial de seguridad pública a cargo sobre el presunto tirador? ¿Qué tal un miembro del clero local que pueda hablar sobre cómo se está uniendo la comunidad? ¿Quién cubre la vigilia con velas?

“Son todas las cosas que tienen que pasar, estos son elementos importantes de la historia que tienen que ser representados, pero empiezas a preguntarte a ti misma… si yo, como persona encargada de contar esta historia, reconozco la fórmula que se destaca, ¿qué significa eso? ¿significa sobre cómo la audiencia está absorbiendo la historia?”

Los comentarios en reacción que generó el tiroteo también se desarrollaron con cierta similitud, aseguró Daniel Cassino, profesor de ciencias políticas en la Universidad Fairleigh Dickinson, quien ha realizado estudios de la discusión sobre el control de armas en las noticias por cable.

“Los temas de conversación se han calcificado desde Sandy Hook”, dijo, en referencia a la masacre de la escuela primaria en Connecticut donde 26 personas fueron asesinadas en 2012. Si los expertos conservadores y liberales alguna vez habían quedado atónitos por el horror de un tiroteo, ahora muchos parece que se han retirado a posturas cada vez más ensayadas, de acuerdo con Cassino.