Estaba segura de que esta semana el tema en la columna sería que Samuel García se animó a levantar la mano para la presidencia en el año 2024.
Sin embargo, lo ocurrido en el estado de Guerrero es sumamente importante, y hoy no se puede dejar pasar.
11 policías asesinados, un secretario, un director, dos lesionados y un secuestrado, son cifras para los gobiernos y dolor para su familia.
México no tiene una estrategia a seguir en el combate al crimen organizado; yo soy una simple reportera y ama de casa y puedo ver claramente que el país está en el más enorme pozo.
Los hechos ocurridos este lunes en Coyuca de Benítez, Guerrero, son una humillación para la entidad, el Ejército, la Guardia Nacional y todo aquel a quien se le pague por brindar protección.
Lo que para nosotros son cifras escalofriantes de una emboscada, para sus familiares son vacíos que jamás podrán
llenarse.
