Boston, Massachusetts. – (Agencias) Debido a la ola de contagios que sufre la ciudad, las autoridades de Boston decidieron suspender las clases presenciales en todas las escuelas públicas de la urbe.
El 1 de octubre, las autoridades de la ciudad comenzaron la reapertura de manera gradual, después de comenzar el año escolar de manera remota hace un mes, lo que permitió que unos 3,000 estudiantes de necesidades especiales asistieran a clases presenciales al menos dos días a la semana.
La siguiente fase, que establecía el regreso de los niños de preescolar y de primaria a las instalaciones escolares, se había programado para mediados de octubre, pero se tuvo que retrasar.
Brenda Cassellius, superintendente, dijo que se encontraba muy desconsolada porque tenían que cerrar las puertas “a nuestros estudiantes de mayor necesidad». Dentro de ellos se encuentran algunos alumnos con discapacidades, también aquellos que no tenían vivienda y aquellos que toda vía estaban aprendiendo inglés.
La tasa de positividad de las pruebas de coronavirus en la ciudad a siete días, aumentó a 5.7%. Las autoridades de la ciudad han dicho que reabrirán las escuelas para los estudiantes de necesidades especiales cuando la tasa de positividad disminuya a 5% o menos durante dos semanas consecutivas y, para el caso de los otros estudiantes, cuando disminuya a 4% o menos durante dos semanas consecutivas.
La superintendente Cassellius instó a la comunidad a cumplir con la orientación de salud pública para reducir la tasa de infección. «Necesitamos su ayuda», dijo. «Nuestros hijos dependen de todos nosotros».
Para los expertos, cerrar las escuelas podría ser la decisión correcta ante el aumento de casos, pero se preguntan por qué no están cerrado más o presentando una estrategia más amplia para reducir la transmisión.
«¿Por qué tendrías restaurantes abiertos para comer en el interior mientras cierras escuelas? Está mal en muchos niveles», dijo el Dr. Benjamin P. Linas, profesor asociado de medicina y epidemiología en la Universidad de Boston.
«La evidencia actual es que los restaurantes impulsan la transmisión y las escuelas no», agregó.
Dijo que la decisión de cerrar las escuelas parecía una acción política, ya que hay presión para cerrar las escuelas por parte del sindicato de maestros, y la presión para mantener abiertas otras actividades por parte de las empresas y los miembros del público que tienen fatiga por pandemia.
Brooke Nichols, una proyectista de modelos de enfermedades infecciosas y profesora asistente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, criticó a la ciudad por retrasar la apertura de escuelas para la mayoría de los estudiantes hasta finales de octubre, dado que muchos epidemiólogos habían predicho un aumento en los casos a medida que el clima se iba enfriando.
«Hemos desperdiciado la oportunidad de tener a los hijos en la escuela al retrasar la escuela hasta finales de octubre», dijo. «Esto es muy loco.»
