Kabul, Afganistán. – (Agencias) De nueva cuenta, el panorama para el gobierno de Afganistán, establecido por la coalición de fuerzas de la OTAN, se complica. Las fuerzas talibanas retoman el control del país poco a poco. Los intensos bombardeos estadounidenses ha impedido que la ciudad principal del sur, Kandahar, sea sitiada por las milicias.
En medio de este panorama, llegan las ordenes de Trump de recortar las fuerzas estadounidenses en Afganistán a poco más de la mitad del personal actual, de 4,500 a 2,500. El destino de Kandahar, asi como de las fuerzas de seguridad afganas distribuidas por el país, es incierto.
Este martes, el coronel Zabiullah Ghorzang, comandante del regimiento del ejército afgano en la provincia de Kandahar, dijo que “si no fuera por el apoyo aéreo de las fuerzas estadounidenses, los talibanes estarían sentados dentro de la ciudad de Kandahar”.
Casi al mismo tiempo, el Pentágono anunciaba formalmente los recortes. Sin embargo, la retirada total esta detenida por la navidad, sobre la que Trump había reflexionado públicamente y asegurado que la guerra de Afganistán pasará a una cuarta administración.
La retirada de Trump dejará al presidente electo Joe Biden, si haber sido consultado, la fuerza militar más pequeña en Afganistán jamás imaginada por los expertos militares estadounidenses antiterroristas.
La decisión de reducir las tropas enfrentó la resistencia de los jerarcas republicanos en el Congreso. Y también la de sus socios de la OTAN.
El gobierno de Afganistán se encuentra en una dificil situación. Las pláticas establecidas en el acuerdo de paz de Qatar, están estancadas. Las ofensivas talibanas están surgiendo cerca de las ciudades importantes del norte y sur del país.
De acuerdo con los funcionarios, comienza a cundir el desanimo entre la tropa ante el aumento de bajas en los ataques terroristas de los talibanes.
La presencia de las fuerzas militares estadounidense siempre ha sido un elemento para el gobierno de garantía, de que los talibanes cumplirán el compromiso establecido en Qatar, entre Estados Unidos y el Talibán, y se acepten las vías de negociación antes que la guerra.
Sin embargo, ahora las autoridades temen el aumento de los ataques de los talibanes, animados por el recorte, al que ven como una señal del retiro total de las fuerzas invasoras de Afganistán. El pueblo afgano retorna al punto cero de la invasión aliada, pero con miles muertos.
El plan de recortes va más allá de Afganistán. También se aplicara al Oriente Medio y África.
En Irak se reducirán a 2,500 militares, a diferencia de Afganistán, aquí el primer ministro Mustafa al-Kadhimi, ha declarado que los recortes ha sido acordados por las partes.
Casi inmediatamente de que se supo de las ordenes de reducción, se dispararon proyectiles p cohetes de mortero en varios lugares incluyendo la zona verde, donde se ubica la embajada de Estados Unidos.
En el caso de África, la retirada de Somalia, sin definir el número de tropa aún, coincide con el aumento de ataques por parte de el-Shabab, un movimiento ligado a Al Qaeda, a objetivos militares y civiles.
La retirada sería un gran evento propagandístico para la milicia musulmana. Dejaría de terminar muchos de los objetivos estadounidense establecidos para su presencia militar en el país.