Bali, Indonesia. – (Agencias) La presencia de la delegación rusa, encabezado por el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov, en la cumbre del G-20 en Indonesia, generó una sesión de enfrentamientos alrededor de la guerra de Ucrania y la acusación de los países aliados de Estados Unidos sobre la responsabilidad rusa de la hambruna por el bloqueo al grano ucraniano.
El ministro Lavrov, antes de abandonar el salón, negó rotundamente ante sus homólogos que la operación especial militar en Ucrania no era responsable de la crisis de hambruna que sufre el mundo y que las sanciones diseñadas para aislar a Rusia equivalían a una declaración de guerra.
La reunión del viernes fue la primera confrontación directa de Lavrov con lideres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde el inicio de la guerra. El ministro ruso acusó a Occidente de críticas frenéticas a las que, afirmó, eran acciones legitimas de Rusia.
En una breve pero candente conferencia en la cumbre del G20 en la ciudad de Bali, organizada por Indonesia, el actual titular de la presidencia rotativa, Lavrov dijo: «Si Occidente no quiere que se lleven a cabo conversaciones, pero desea que Ucrania derrote a Rusia en el campo de batalla, porque se han expresado ambos puntos de vista, entonces tal vez no haya nada de qué hablar con Occidente».
Sentado entre las representaciones de Arabia Saudita y México, el veterano diplomático ruso también acusó a Occidente de presionar a Ucrania para que “se usen sus armas en el combate”. Lavrov se levantó y se salió del salón de sesiones cuando empezó a hablar Annalena Baerbock, la ministra de Exteriores de Alemania.
Baerbock afirmó más tarde que: «El hecho de que [Lavrov] pasara una gran parte de las negociaciones no dentro sino fuera de la sala subraya que no hay un milímetro de voluntad de hablar del lado de Rusia». Afirmó que la sensación en la sala era de 19 a 1 contra la guerra en Ucrania, incluso si había desacuerdo sobre las sanciones.
Lavrov declaró que había venido a Bali a tener una impresión de “como respira occidente”. Dijo que era obvio que Occidente no usaba el G20 para los fines por los que fue creado. Y aseveró que os países en desarrollo no apoyaban ese enfoque.
«Agresores, invasores, ocupantes. Hemos escuchado bastantes de esas cosas hoy», dijo al describir los discursos pronunciados por sus homólogos occidentales. Dijo que algunos de los discursos se hicieron para un efecto teatral, citando a Boris Johnson como un buen ejemplo. «Bueno, renunció, y que así sea», dijo Lavrov. «Todos dijeron que Rusia debe estar aislada. Pero hasta ahora su propio partido ha aislado a Boris Johnson».
Sin embargo, gran parte de la reunión y las conversaciones al margen se llevaron enfocados en persuadir a Rusia de que permita la exportación de las existencias de granos de Ucrania a través de un corredor naval seguro en el Mar Negro, vigilado de forma independiente. Sin embargo, las conversaciones encabezadas por Turquía y la ONU han permanecido si resultados desde hace semanas.
La respuesta de Rusia, a través de Lavrov, fue que Ucrania debe “poner fin al bloqueo de sus puertos, desminarlos o garantizar el paso por sus puertos minados”. Después de eso, dijo, Rusia y Turquía garantizarían el paso de los buques de carga fuera del territorio ucraniano
La OTAN dice que Rusia ve en el robo del grano ucraniano y el bloqueo de los puertos como acciones realizadas para socavar la economía de Ucrania y aumentar el costo del subsidio de Occidente a este país. En una sesión plenaria, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó a Moscú a dejar que el grano de Ucrania salga al mundo.
De acuerdo con un funcionario, Blinken dijo, dirigiéndose a Rusia directamente: “A nuestros colegas rusos: Ucrania no es su país. Su grano no es su grano. ¿Por qué bloquean los puertos? Deberías dejar Sali su grano”.
Lavrov le contestó que Rusia no podía exportar su propio grano debido a las sanciones de Occidente, por ejemplo, porque los barcos no estaban asegurados o no podían hacer escala en puertos extranjeros.
