Washington, D.C. – (Agencias) Los principales lideres de los demócratas se apresuran a defender a los candidatos en lugares donde el presidente Joe Biden ganó en 2020 ante los nubarrones que se han presentado en el panorama de las elecciones intermedias, lo que es señal de pánico entre las filas del partido de que podrían enfrentar grandes pérdidas, incluyendo el control del Senado.
Figuras como la vicepresidenta Harris y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton realizaron un mitin conjunto en un esfuerzo por rescatar a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, la candidata demócrata, quien enfrenta una competencia cerrada en un estado que los republicanos no han ganado en dos décadas.
Por su parte, Biden viajó a Nuevo México y al sur de California para apoyar a los candidatos demócratas más vulnerables, sin pasar por Arizona y Nevada, donde los demócratas temen que pueda ser un lastre para los senadores en elecciones apretadas. Biden y Harris planean pasar parte del fin de semana en Illinois, impulsando a los candidatos a la Cámara de Representantes en distritos suburbanos que han estado moviéndose hacia los republicanos desde 2020.
Los republicanos han hecho de la inflación y el aumento del crimen la base de su estrategia para competir en los territorios tradicionalmente demócratas durante el pasado mes, compitiendo en lugares como California, Oregón, Nueva York, Illinois y otros lugares, de acuerdo con The Washington Post, lo que ha creado una sensación entre los demócratas de que poco se puede hacer para levantar las campañas ante la combinación de la memoria inmediata y la economía.
«Hay un malestar general que se cierne sobre el país», dijo Joel Payne, un estratega demócrata. «Lo que estás viendo es un electorado enojado que sigue echando a la gente a cargo. Lo hicieron en 2016. Lo hicieron en 2018. Lo hicieron en 2020. Y, si las cosas se aferran a lo que parecen, probablemente lo volverán a hacer en 2022».
Aunque si bien, muchos demócratas han creído en privado durante meses que era poco probable que los republicanos se hicieran de la Cámara de Representantes, en los últimos días han expresados temores de que los electores estadounidenses puedan darle al Partido Republicano una mayoría significativa, lo que equivaldría a una reprobación al partido en el poder.
En algunos casos, el partido parece estar concediendo escaños por los que compitió anteriormente, una reducción que los estrategas temen que pueda indicar una «ola roja» de victorias republicanas generalizadas en territorio tradicionalmente demócrata, escribe The Washington Post.
La batalla por el control del Senado sigue siendo muy disputada, donde ambos partidos han invertido millones de dólares en un puñado de estados que determinarán, en la composición final, si los demócratas logran mantener o incluso aumentar su escasa mayoría. El caso de la Cámara de Representantes, el debate se ha movido hacía predecir cuan grande será la mayoría republicana. Actualmente, los demócratas tienen 220 escaños y necesitan 218 para mantener el control.