Internacional

Los protestas de los no vacunados, un problema que crece en Canadá

El problema ha planteado una serie de cuestiones sociales sobre el equilibrio entre la libertad individual con el bien colectivo

Ottawa, Canadá. – (Agencias) Los transportistas en Canadá se han manifestado contra el mandato de la vacuna obligatoria para todo aquel transportista que cruce de Estados Unidos a Canadá, movilizándose hacía Ottawa en lo que han llamado el “Convoy de la Libertad”, que tiene bloqueada la ciudad, así como el bloqueo en Alberta, cercano a la frontera con Estados Unidos.

Greg Bates, es un transportista de carga que conduce entre Calgary y Hamilton, una larga ruta nacional de larga distancia, que pronto será la única carretera donde podrá conducir. Originario de Olds, en Alberta, Canadá, ha estado conduciendo camiones durante 15 años, y en los últimos años estuvo combinando los viajes al interior como a los Estados Unidos.

De acuerdo con Bates, los viajes a Estados Unidos son más lucrativos y, dijo, las carreteras estadounidenses tienen mejores baños y restaurantes, pero ahora están fuera de su alcance. Bates es uno de los miles de camioneros que no están vacunados contra el Covid-19, por lo que no podrá conducir a Canadá desde Estados Unidos, sin ser puesto en cuarentena.

Bates ha dicho que aunque quiere el dinero de los Estados Unidos, ahora más que nunca esta en lucha contra la vacuna. No lo conseguirán.  “Creo que los estantes estarán vacíos en abril”, dijo Bates, asegurando que las restricciones a los camioneros ejercerán más presión sobre la cadena de suministro. “Los que luchan por la libertad están en esta situación”, refiriéndose a los miles de camioneros que se han sumado al “Convoy de la Libertad”.

Él se encuentra entre el 21% de los canadienses que no están o vacunados o no completamente vacunados. Las razón esgrimidas por los no vacunados son variadas: desconfianza al sistema y a los científicos que inventaron la vacuna, la irreversibilidad de la inyección o simplemente la libertad de decidir.

El camionero Greg Bates posa para una fotografía en Coquitlam, BC Bates dice que recientemente llamó a una línea directa de salud mental para hablar sobre sus preocupaciones sobre los posibles efectos secundarios de la vacuna y la creciente presión para obtener la vacuna de los mandatos.
Greg Bates

El problema ha planteado una serie de cuestiones sociales sobre el equilibrio entre la libertad individual con el bien colectivo, principalmente porque los no vacunados tiene mayor probabilidades de ser hospitalizados con Covid-19, aumentando la presión al sistema de salud y restringiendo la atención médica de otras enfermedades. Cualesquiera que sean sus razones, está claro que los costos que están acumulando como resultado de su negativa solo están aumentando, de acuerdo con el diario The Toronto Star.

En otoño pasado, una serie de provincias comenzaron un sistema de pasaportes Covid que alentaba a las personas a vacunarse limitando ciertas actividades, como la asistencia a los deportes y las cenas en restaurantes, a aquellos con certificado de vacuna Covid. Ahora se ha expandido a todo el país.

Los trabajadores federales y los trabajadores provinciales de algunas de las provincias requieren estar vacunados para poder trabajar, y muchas grandes empresas también lo están exigiendo. Cualquier viaje en avión hacia, desde o dentro de Canadá requieren las dos dosis completas de la vacuna Covid. En Quebec, debes estar vacunado para poder comprar licor y posiblemente pagar una multa, aun no decidida, por negarse a vacunarse.

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Una investigación de la Universidad Simon Fraser, encontró que en las provincias donde se instalaron las reglas de vacunación obligatoria tuvieron un aumento promedio del 66% en la aceptación de la primera dosis de la vacuna.  Pero aquellos que no se dejaron influir por los mandatos tomaron las medidas como la última razón para desconfiar más de la vacuna y el sistema médico.

Pero también hay presión para los no vacunados en los discursos políticos. Justin Trudeau, el primer ministro, dijo públicamente la semana pasada que los “canadienses vacunados están enojados” con aquellos que aún no se han vacunado. Una reciente encuesta realizada por Maru Public Opinion, encontró que un 60% de los encuestados estuvieron de acuerdo de que las personas no vacunadas deberán ser multadas de alguna manera por su decisión de no vacunarse.

El Dr. Stefan Baral, médico de salud familiar y poblacional en Toronto y profesor de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, dice que ha estado abogando durante más de un año para acercar a las personas que aún no están vacunadas con más “zanahorias y menos palos”, en parte para fomentar mejores relaciones a largo plazo con personas como Bates. Le preocupa que las personas que desconfían de la vacuna, o del sistema médico en general, tengan más probabilidades de asustarse por los reglas de vacunación obligatoria que de disipar sus dudas.

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Dr. Stefan Baral

“La experiencia que hemos tenido con comunidades históricamente marginadas o raciales es que hay desafíos realmente significativos en términos de sus miedos y preocupaciones que, creo, vale la pena escuchar en lugar de arrollar”, dijo. Los requisitos para obtener códigos QR para acceder a espacios interiores, o tener la vacuna para mantener el trabajo, pueden dificultar esas conversaciones, dijo.

“Creo que lo que estamos haciendo a menudo es reforzar sus preocupaciones de que la sociedad los está marginando”, dijo. “Incluso si (los mandatos y los impuestos) nos dan algunas vacunas adicionales a corto plazo, me preocupa lo que significará para las relaciones con las comunidades marginadas en el futuro”.

Eso también se aplica, dijo Baral, a comunidades como los camioneros, que a menudo son trabajadores esenciales pero pasados ​​por alto.

“Desde el principio, no ha habido pruebas rápidas para ellos, ni un ápice de recursos para que se aíslen cuando regresen a casa”, dijo Baral. “Si fuera un camionero, me sentiría molesto porque no me proporcionaron ningún recurso adicional, y ahora es como si los culparan por traer variantes al país”.

Bates, por su parte, ha desconfiado de los políticos y las fuentes de noticias durante mucho tiempo, eligiendo en su lugar grupos y chats de Facebook para obtener su información.