Internacional

Los sótanos de la muerte en Nueva York

De las 13 personas que murieron en la ciudad, 11 fueron encontrados en los sótanos que, en la mayoría de los casos, nunca se convirtieron legalmente en espacios habitacionales. La mayoría de los muertos eran inmigrantes

Nueva York. – (Agencias) Las inundaciones repentinas de los remanentes de la tormenta Ida llevaron la muerte en su recorrido por el área de la ciudad de Nueva York.

Deborah Torres se encontraba en su departamento de primer piso, con el agua a su cintura, cuando escucho gritos pidiendo ayuda desde el sótano de la casa, donde vivía una pareja con un bebe de 19 meses.

La mayoría de los sótanos donde fallecieron personas en Nueva York eran  ilegales

Pero Deborah no podía hacer nada. Estaba luchando por su vida, tratando de salir de la casa de tres pisos de ladrillo rojo en Woodside, en Queens. Mientras las aguas de la tormenta Ida inundaban la ciudad, los sótanos fueron los primeros en llenarse.

En ese sótano vivía una familia que había llegado de Nepal y ahora estaban atrapados dentro del pequeño apartamento, que se suponía no era un apartamento.

La presión del agua hizo imposible abrir la puerta o las ventanas del sótano. El ruido de la tormenta era tan grande que Deborah ya no podía oír los gritos de la familia de abajo.

Un niño de 2 años entre los muertos por las inundaciones en Nueva York |  People en Español

Ang Gelu Lama, su esposa, Mingma Yangji Sherpa, y su hijo pequeño, Lopsang, se ahogaron en el espacio de las dos pequeñas habitaciones en el sótano que llamaban hogar. Los cuerpos fueron encontrados por los buzos de la policía a las 3.30 a.m. del jueves.

Cuarenta y nueve personas murieron cuando los remanentes del huracán Ida dejaron caer 17.9 cm. de agua en el área de la ciudad de Nueva York en aproximadamente en tres horas. Se inundaron las calles y el sistema de transporte de la región se paralizó.

7 se ahogan en los sótanos de los apartamentos mientras el huracán Ida  azota Nueva York

De las 13 personas que murieron en la ciudad, 11 fueron encontrados en los sótanos que, en la mayoría de los casos, nunca se convirtieron legalmente en espacios habitacionales. La mayoría de los muertos eran inmigrantes.

Llegaron a Nueva York desde Trinidad, Nepal y China. Trabajaban de camareros, ayudantes de cocina y empleados de 7-Eleven, en una ciudad que hace inalcanzable los apartamentos con los bajos salarios que ganan muchos de los inmigrantes y que solo tienen a su alcance vivir bajo tierra, en los sótanos.

La historia de las víctimas de los sótanos por las inundaciones de la tormenta Ida es una historia de negligencia y desesperación.

De propietarios quebrados que luchan por sus ingresos y deciden ignorar la ley, de una burocracia agobiada incapaz de hacer cumplir las normas de las viviendas de la ciudad.

Pero, sobre todo, es la historia de los recién llegados a la “tierra de la abundancia”, Personas que llegaron huyendo de las dificultades en sus lugares de origen, para encontrar un tipo diferente de lucha.

Familias donde todos trabajan, a menudo en dos trabajos, y apenas logran aferrarse a un pequeño espacio ilegal y estrecho en el sótano de la casa de alguien.

Melanie La Rocca talks tactics, tech and who's to blame when it all goes  wrong | Real Estate Weekly
Melanie La Rocca

De acuerdo con la comisionada de Edificios de la ciudad de Nueva York, Melanie La Rocca, en un comunicado, «cinco de las seis propiedades donde los neoyorquinos perdieron trágicamente la vida durante las inundaciones fueron en sótanos convertidos apartamentos ilegalmente».

Dijo que sus inspectores se desplazaron después de la tormenta para revisar más de mil sitios convertidos en apartamentos.

Lo que encontrarían fueron más violaciones, más espacios donde se suponía que la gente no debía vivir, más lugares que, como el apartamento de los Lamas, ya habían sido objeto de quejas, que habían sido en vano.

Alguien se había quejado en 2005 sobre la vivienda donde los Lamas pasaría uno pocos años. La denuncia por uso indebido de vivienda con fines comerciales fue cerrada, como muchas, por que el inspector non pudo acceder a la vivienda.

Cuando un inspector de la ciudad regresó el jueves, el edificio estaba «temblando» y «vibrando» por los daños de las inundaciones y el inspector no pudo entrar, según muestran los registros de la ciudad.