Río de Janeiro, Brasil. – (Agencias) Como se esperaba, la segunda vuelta ha resultado muy cerrada en una jornada electoral vivida como una montaña rusa. Mientras se realizaban los conteos, las emociones subían sobre todo tras el rebase de Lula conforme se pasó el 50% del conteo de votos. El izquierdista Lula ganó, su regreso puede ser considerado como histórico.
Luiz Inacio Lula da Silva, mejor conocido como Lula, se impuso al presidente Jair Bolsonaro, el extremaderechista, con poco más de 1% de diferencia en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, realizada el domingo. Lula se adjudicó el 50.8% de los votos contra el 49.2% de su contrincante el presidente Bolsonaro, una diferencia de casi 2 millones de votos.
Con su victoria, Lula se une a una serie de líderes izquierdistas que han tomado el poder en los últimos años en toda la región, desde Colombia hasta Chile y Perú. Su triunfo también pone fin a la carrera presidencial más importante y tensa de Brasil en décadas, una de las elecciones más apretadas del país desde el colapso de su dictadura militar en 1985.
Pero también, significó una reprimenda a Bolsonaro por parte del electorado brasileño a sus cuatro conflictivos años, desde la negación de la epidemia de coronavirus hasta permitir la destrucción de la Amazona brasileña por parte de los grandes agricultores y madereros. También completa el regreso histórico de Lula desde la prisión, cuando todos lo consideraron muerto políticamente.
Los resultados del domingo dejaron en claro que decenas de millones de brasileños se habían cansado de su estilo polarizador y de la frecuente agitación de su administración. Fue la primera vez que un presidente en ejercicio no logró la reelección en los 34 años de democracia moderna de Brasil.
Aun así, Lula ganó con el margen más estrecho de votos durante ese mismo período, lo que indica la profunda división que enfrentará como presidente. Con este resultado, pone fin a la tensión generada por uno de los procesos electorales más importante en América Latina en las últimas décadas, en una competencia entre quizás las dos figuras vivas más importantes políticamente hablando de Brasil hoy en día.
