La Prensa
Dice que nos va matar y nos va enterrar”, señaló María del Carmen Gómez de la Cruz, una mujer que teme por su vida y la de su hija y es que por más de 2 años han soportado las agresiones físicas y verbales por parte de un supuesto drogadicto que ya ha amenazado con matarlas. Su comportamiento violento lo llevó a matar a su propio perro y meterlo en cloro.
“Culpo a Carlos Guardiola Urquiza si me pasa algo a mí y a mi hija, él me grita que nos va matar, ha subido al techo de la casa a lanzarme piedras y a sacar agua del tinaco para aventármela, es bien estresante vivir con el miedo en tu propia casa, mantenerte al pendiente de las puertas por temor de que entre o que te lo encuentres en la calle y te haga algo”, expresó.
La madre de familia indicó que no conoce a este hombre de aproximadamente 41 años de edad y nunca ha mantenido una amistad o conversación con él, pero por sus conductas solo demuestra que las adicciones lo están llevando a padecer una enfermedad mental y que hace 15 días mató a su mascota con veneno para hormigas y lo ahogó en coloro porque supuestamente veía al diablo en sus ojos.
El miedo la ha llevado a instalar cámaras de vigilancia en su vivienda desde hace medio año, sin embargo, Carlos ya las ha intentado quebrar lanzando piedras con una resortera.
Recordó que cuando quiso dañar los equipos las piedras cayeron en un vidrio de su ventana y lo quebró, por ello su hija Samantha Ríos Gómez lo denunció en la Fiscalía General del Estado y reparó el daño.
Después de 3 meses de ese incidente, Carlos Urquiza las volvió a molestar, esta vez ya amenazándolas que las iba a matar y a enterrar en el patio porque eran unas brujas y estaban poseídas y endemoniadas.
“Mi hija y yo vivimos aquí solas, mi hija se va a trabajar y yo aquí me quedo sola, siempre que me molesta le hablo a la mamá y le explico lo que estaba pasando, hoy (ayer) vino a reclamarme que porque subí a su hijo al Facebook, que por mi culpa la gente lo va querer golpear pero yo también temo por mi integridad y la de mi hija”, comentó.
Cada vez que los vecinos ven al sujeto acercarse a la casa de María del Carmen los vecinos van a ver como se encuentra y aunque hablan a Seguridad Pública y a los GATES siempre sale en libertad a las 12 horas de habérselo llevado y otras veces se esconde en la casa de su mamá para que no se lo lleven.
“Ya no solo yo sufro, a todos los vecinos nos molesta, nos agrede y nadie hace nada, hasta que verdaderamente cause un daño grave a alguna persona o hasta nosotras que somos las que hemos resultado afectadas por este tipo drogadicto”, indicó.
Comentó que los vecinos saben que la madre vive atemorizada por su propio hijo e inclusive algunas veces le ha mandado a los policías para que lo llevan a los separos municipales.
