Después de haber huido de la violencia en su pueblo en Guatemala pero sin poder unirse a sus familiares en California por las restricciones estadounidenses de asilo, una familia de 15 personas se ha unido a una vigilia organizada por el albergue en donde se están quedando justo al sur de la frontera.
Dentro de la iglesia metodista del refugio Buen Samaritano no se compara con las largas celebraciones navideñas que se disfrutaban en la Nueva Concepción. Allí se encontraban los fuegos artificiales, alimentos tradicionales de las fechas y procesiones en donde cantaban y portaban una estatua de la Virgen María desde la iglesia hasta cada vivienda.
Decenas de miles de migrantes que han huído de la pobreza y la violencia en sus países la mayoría pasarán la Navidad en un albergue atestados o en las calles de poblados de las fronteras, en donde muchos suelen ser víctimas del crimen organizado.
El gobierno de los Estados Unidos ha pedido en esta semana a la Corte Suprema el no levantar restricciones por la pandemia contra los solicitantes de asilo antes del fin de semana festivo.
Los albergues de la ciudad ya están copados, dejando poco tiempo para las celebraciones y a muchos migrantes en las calles, en medio del frío.
