Ciudad del Cabo, Sudáfrica. – (Agencias) Murió el obispo anglicano Desmond Mpoli Tutu, un exuberante y frenético luchador contra el apartheid. Apóstol de la justicia racial y la reconciliación en Sudáfrica, ganador del Premio Nobel de la Paz, murió el 26 de diciembre en su casa de Ciudad del Cabo, a los 90 años.
La causa de su muerte fue complicaciones en un cáncer que lo aquejó durante los últimos años de su vida, de acuerdo con Roger Friedman, portavoz de la Arzobispo Desmond Tutu Intellectual Property Trust. Al arzobispo le diagnosticaron cáncer de próstata en 1997 y fue hospitalizado varias veces en los últimos años para tratar infecciones relacionadas con su tratamiento de cáncer.
Un pequeño gran hombre, siempre efervescente con su nariz torcida y su sonrisa contagiosa, Tutu se desempeñó como embajador ilegal de la Sudáfrica negra en los tiempos obscuros de la represión y como una voz crucial en la campaña por la igualdad racial que culminó con la elección de Nelson Mandela, el primer presidente negro en 1994.
Fue un predicador de la “no violencia” a lo largo de su vida, a pesar de la etapa más dura de la represión y mientras denunciaba al apartheid como un “sistema maligno”,
Tras la caída del apartheid, el arzobispo presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que buscó con éxito desigual curar las heridas de la era apartheid. Se convirtió en portavoz y un activista por los derechos humanos en el mundo.
El arzobispo Tutu explicaba su lucha por la justicia social en términos religiosos. Dijo que su fe cristiana exigía hablar por los desamparados y los oprimidos. Creía que Sudáfrica, con su combinación única de mundo desarrollado y en desarrollo, era una “nación arcoíris” y un microcosmos de problemas globales, incluida la raza y la pobreza. «Una vez que lo hayamos hecho bien», dijo, «Sudáfrica será el paradigma para el resto del mundo».
Desmond Mpilo Tutu, nació el 7 de octubre de 1931, en una pequeña ciudad minera en Transvaal, en el corazón de Sudáfrica. Hijo de un maestro y una lavandera, Quería ser médico, pero su familia no podía pagar sus estudios.
Se graduó en la Universidad de Sudáfrica en 1954. Siguió los pasos de su padre y dio clases en una escuela de secundaria. Abandonó la docencia como protesta cuando el gobierno de minoría blanca lanzó una campaña para apuntalar la ideología supremacista a través de la Ley de Educación Bantú, donde los negros fueron consignados a escuelas con poco financiamiento y precaria infraestructura.
Tutu entonces decidido estudiar para el sacerdocio anglicano inspirado por el obispo Trevor Huddleston, cuando un día se inclinó ante la madre de Tutu al cruzarse con ella en la calle.
«No podía creer lo que veía», le dijo el arzobispo Tutu al periodista del Washington Post Steven Mufson para el libro «Años de lucha: resistencia negra y lucha por una nueva Sudáfrica»; «un hombre blanco que saludó a una mujer negra de la clase trabajadora».
Huddleston, un opositor del apartheid que fue deportado a su natal Inglaterra, se convirtió en el mentor espiritual del arzobispo Tutu. La Iglesia Anglicana, una comunidad religiosa pequeña pero influyente dentro de Sudáfrica, dio la bienvenida a sus filas al joven clérigo negro elocuente.
Obtuvo una licenciatura y una maestría en teología en el King´s College, en Londres. Al terminar regresó a Sudáfrica a enseñar donde pasó años, combinando sus estancias en Inglaterra como administrador del Fondo de Educación Teológica, que administraban los fondos de las becas para el Concejo Mundial de Iglesias.
Fue nombrado primer decano anglicano negro de Johannesburgo en 1975, obispo de Lesoto un año después y secretario general del Consejo de Iglesias de Sudáfrica en 1978.
Usó su cargo para convertirse en portavoz de alto nivel de la igualdad y la no violencia. En 1984, en el gran movimiento de los muchachos de secundaria y la represión, la oficina del Arzobispo en Khotso House en el centro de Johannesburgo se convirtió en el centro neurálgico del movimiento de liberación, lugar de una serie de organizaciones contra el apartheid, incluidos sindicatos y organizaciones comunitarias.
Por su papel en el movimiento de 1984 recibió el Premio Nobel de la Paz- Funcionarios del gobierno blanco lanzó una serie de campañas de desprestigio, acusándolo de ser un comunista disfrazado. Le permitieron a regañadientes asistir a Oslo a recibir su premio.
Tutu, en su discurso al recibir el Nobel de la Paz, comenzó citando el asesinato de un niño negro de 6 años por las fuerzas de seguridad y el de un bebé blanco por alborotadores negros. Ambas muertes, dijo “es el costo del apartheid”.