Londres, Inglaterra. – (Agencias) Ha muerto la reina Isabel II de Inglaterra, Elizabeth Alexandra Mary, la reina más longeva en la historia de las monarquías. Ha reinado desde la muerte de su padre el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, siendo el reinado de mayor duración en el mundo. La ceremonia de coronación realizada el 2 de junio de 1953, fue la primera en ser transmitida por televisión.
Monarca no solo del Reino Unido e Irlanda del Norte, también reconocida como monarca por la Mancomunidad de Naciones compuesta por 14 estados independientes constituidos en reinos y los 54 países miembros.
Nacida el 21 de abril de 1926, en Londres, Inglaterra, fue la primogénita de los duques de York, y se convirtió en heredera del trono tras la coronación de su padre en 1936, quien llegó al trono tras la abdicación de su hermano el rey Eduardo VIII.
En 1947, contrajo matrimonio con el teniente Felipe de Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca, mejor conocido por su título tras el matrimonio con la reina, como Felipe de Edimburgo. Tanto Isabel como Felipe recibieron el título de duques de Edimburgo. Tuvieron cuatro hijos: Carlos, príncipe de Gales y heredero del trono, nacido en 1948; la princesa Ana, nacida en 1950; Andrés, Duque de York, nacido en 1960; y Eduardo, conde de Wessex, nacido en 1964.
Reducido su papel político después de la Segunda Guerra Mundial, esencialmente simbólico, Isabel II logro mantener el carácter unificador de la corona en el espacio político del antiguo imperio británico convertido en el Commonwealth, tras el proceso de independización de las antiguas colonias en la década de 1960. Con ese objetivo, se lanzó a recorrer el mundo como no lo había hecho ningún otro monarca británico. En Australia, estableció la costumbre de los paseos “espontáneos”, para mezclarse y saludar sin protocolo a la gente de la calle.
No obstante, el respeto ganado por la monarca no pudo evitar que los escándalos familiares erosionaran la imagen y mostraran el anquilosamiento de las estructuras de la monarquía. 1992, el annus horribilis como lo califico Isabel II, las desavenencias conyugales de sus hijos fueron hechas públicas. El príncipe Andrés se separó de Sarah Ferguson, las infidelidades de Carlos de Inglaterra a su esposa Diana de Gales, la popular ‘Lady Di’, pasaron al dominio público, y se consumó el divorcio de la siempre infant terrible princesa Ana, separada tres años antes de Mark Phillips.
Poco tiempo después, el Palacio de Windsor, residencia de la reina, sufrió un fuerte incendio que causó fuertes daños materiales e inició una fuerte polémica. El gobierno civil anunció que se encargaría de los gastos de reconstrucción, sin tomar en cuenta nie el fabuloso patrimonio y ni las exenciones fiscales que disfrutaba la monarquía. Eso creo agrias discusiones sobre la institución monárquica, descendiendo fuertemente su popularidad.
La situación se agravó tras el divorcio del príncipe Carlos, en 1996, y especialmente tras el trágico y mortal accidente automovilístico de su exesposa, Lady Di, en 1997, a quien la ciudadanía británica la vio como una víctima del adulterio de Carlos y la insensibilidad de la familia real.
De nueva cuenta, Isabel II se dedicó a salvar a la monarquía y a recuperar la admiración y respeto de sus súbditos. Buscó nuevos caminos de acercamiento con la ciudadanía y se dedicó, desde entonces, a mostrar una imagen menos fría y protocolaría de la corona. Eso lo hizo explícito en la celebración de sus bodas de oro con su cónyuge Felipe de Edimburgo, el 20 de noviembre de 1997, en un emotivo discurso en el banquete ofrecido por el primer ministro, la r4eina prometió abrir la monarquía a los ciudadanos.
A partir de ese momento, la monarquía empezó a pagar impuestos sobre sus bienes e ingresos, dio un toque popular y familiar a las celebraciones de la monarquía, visitar a las víctimas de algún desastre o actos terroristas, acciones que permitieron a la ciudadanía ir olvidando los delicados años de la década de 1990. Sin embargo, llegaría otro gran escándalo a la familia real cuando Andrés, duque de York, fue acusado de pederastia y amigo del pederasta y acusado de abuso, violación y trafico sexual de menores, Jeffrey Epstein.
La reina Isabel II falleció en el Balmoral el día 8 de septiembre de 2022, rodeada de sus hijos y nietos.
