Internacional

Mueren 80 civiles tras ataque aéreo a un concierto al aire libre

Ha sido el ataque más mortífero llevado a cabo por los golpistas desde que tomaron el poder

Naipyidó, Myanmar. – (Agencias) La Junta Militar que dio el golpe de estado en Myanmar, también conocido como Birmania, el año pasado, y encerró a sus líderes electos democráticamente, reprimiendo brutalmente a su pueblo, lanzó un ataque aéreo al lugar donde se realizaba un concierto al aire libre con la presencia de una famosa cantante, matando al menos a 80 civiles y dejando más de 200 heridos.

El popular cantante birmano, Aurali Lahpai, se encontraba en el escenario en el norte del país el domingo en la noche, cuando en ese momento aparecieron tres aviones militares sobrevolando el lugar, lanzando sus bombas indiscriminadamente a la multitud que se encontraba presenciando el concierto. Una bomba estalló cerca del escenario matando a Aurali y a varios artistas en medio de la canción que estaban interpretando. De acuerdo con los paramédicos de emergencias, murieron al menos 80 personas.

El bombardeo tenía como objetivo atacar a los miembros de la etnia Kachin que luchan por su independencia. Ha sido el ataque más mortífero llevado a cabo por los golpistas desde que tomaron el poder. Tras el ataque, los reclamos internacionales se levantaron para demandar a los gobiernos occidentales, principalmente a Francia, realice un embargo de armas a la Junta Militar, así como las aplicaciones de sanciones económicas más duras y la prohibición de la venta de combustible para aviones.

De acuerdo con el coronel Naw Bu, portavoz de la Organización para la Independencia de Kachin (KIO), “estaban apuntando a la gente, no al enemigo”. La KIO es el brazo político del Ejercito Independentista de Kachin, una región al norte de Myanmar, que lucha desde la década de 1960 por la independencia. Este es un acto malvado y este es un crimen de guerra. Estamos de duelo por la muerte de nuestra gente”.

El concierto se llevó a cabo para celebrar el aniversario 62º. de la creación de la KIO, en la aldea de A Nang Pa, en el territorio de una de las etnias más grandes y activas del país, que luchan contra el gobierno desde hace décadas y que a unido fuerzas con otros grupos que nacieron a partir del golpe de estado para volver a instalar la democracia en el país. Ha estado entrenando a miembros de las Fuerzas de Defensas del Pueblo, formados a partir del golpe de estado de 2021.

Ejército Independentista de Kachin

Los testimonios de los lugareños mostraban la crueldad del ataque. Hkum Htwe, un vecino de A Nang Pa que asistió al concierto, dijo que vio a los aviones mientras volaban por encima del concierto y lanzar sus bombas a cuatro lugares, Las luces del escenario sirvieron de guía a los atacantes para apuntar al alugar. Dijo que la bomba que estalló cerca del escenario mató a Aurali y al menos a otros dos músicos mientras tocaban.

Los equipos de rescate dijeron que algunas víctimas murieron porque las tropas militares, que controlan un puente clave en el área, no les permitieron transportar a los heridos a un hospital en la localidad de Hpakant. “Algunos pacientes murieron por la pérdida de sangre”, dijo un trabajador de emergencia, U Myo Min.

Un video del lugar del concierto tomado al día siguiente, que fue compartido en las redes sociales y verificado por los equipos de rescate, mostraba restos de madera y motocicletas abandonadas esparcidas por una amplia área. Las fotos vistas por The New York Times y también verificadas por los rescatistas mostraban a decenas de víctimas muertas tendidas en filas sobre lonas de plástico en el suelo.

Según informó Naw Bu, un comandante del Ejército para la Independencia de Kachin, el brazo armado de la Organización para la Independencia de Kachin, y otros oficiales de alto rango se encontraban entre los muertos.

El ejército de Myanmar, que había compartido el poder con un gobierno civil durante una década, tomó el control en un golpe de estado el 1 de febrero de 2021 y desde entonces ha llevado a cabo una brutal represión contra los opositores. Al menos 2,388 civiles han sido asesinados y casi 16,000 arrestados, según las organizaciones de derechos humanos.

Ante la represión, muchos activistas han optado por huir al territorio que están bajo control del grupo étnico rebelde y se unieron a las Fuerzas de Defensa del Pueblo para emprender lo que han llamado una “revolución contra la junta”. El Ejército golpista ha utilizado los bombardeos aéreos a presuntos campamentos rebeldes.

General Min Aung Hlaing, jefe de la Junta Militar golpista

El Gobierno de Unidad Nacional en la sombra, compuesto por líderes étnicos y funcionarios electos que escaparon del arresto después del golpe, dijo que el régimen había lanzado casi 240 ataques aéreos contra civiles, matando a más de 200, antes del bombardeo del concierto. El mes pasado, el ejército atacó una escuela en la división de Sagaing y mató a 14 personas, incluidos siete niños, dijo el gobierno de unidad. (Estas cifras no pudieron ser verificadas de forma independiente por The Times).

Los grupos de derechos humanos, incluidos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, pidieron una acción urgente por parte de los líderes occidentales y de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, un organismo regional. Los líderes de la asociación se reunirán en noviembre, pero hasta ahora han tomado pocas medidas para abordar el golpe y la posterior represión.

“Durante más de un año y medio, la junta ha cometido graves abusos contra los millones de personas que se oponen al gobierno militar”, dijo Elaine Pearson, directora para Asia de Human Rights Watch. «¿Qué tan alto debe llegar el recuento de muertos antes de que los gobiernos de todo el mundo impongan consecuencias que afectarán el comportamiento de la junta?»