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Murió en Auschwitz

Blaise Pascal decía: “Los mejores libros son aquellos que quienes los leen creen que también ellos pudieron haberlos escrito”.

Hace unos días leía en Facebook un evento literario que coordino la escritora argentina Reina Roffé, fue una conferencia que impartió Mercedes Monmany y Monika Zgustova sobre tres brillantes plumas que vivieron en los campos de concentración nazis: Irène Némirovsky, Gertrud Kolmar y Etty Hillesum.

La verdad que desconocía la vida de las escritoras que vivieron horribles experiencias en los campos de concentración, fue hasta hace unos meses que leí un libro de la escritora Irène Némirovsky, luego empecé a investigar un poco sobre su vida.

Irène Némirovsky fue una escritora que murió en Auschwitz, el mayor centro de exterminio de la historia, ella cayó muerta de tifus a los 39 años (19 de agosto de 1942), en ese entonces escribía los últimos párrafos de su libro Suite francesa, dicha obra que tuve oportunidad de verla en película, ahí claramente se ilustra el ambiente Nazi que vivieron los franceses y la forma en que los soldados alemanes trataban a los judíos.

Hace cuatro meses encontré en la librería Dante un libro titulado Un niño prodigio, de Irène Némirovsky, obra que estuve leyendo con atención, su autora describe los paisajes antiguos de Francia, historia que refleja la ternura de un joven ingenioso (figurativamente en México vendría a ser un chavo de barrios populares que trabaja para sobrevivir y ganarse el pan de cada día).

Dicho joven era un vagabundo, caminaba entre barcos viejos, se puede deducir que la escritora Némirovsky buscaba ilustrar el talento de las jóvenes de su época, durante la lectura del relato claramente se percibe la admiración que tenía la escritora hacia el escritor ruso Pushkin.

La historia termina con tragedia, el muchacho no puede con su vida de excesos, sufre un derrame cerebral y no queda bien, luego es llevado a los campos rurales, ahí experimenta cosas nuevas, a pesar de mejorar en salud el joven elige el camino falso y se suicida.

Irene escribía de forma libre, buscaba el realismo en sus historias. Era amiga de Jean Cocteau, era de personalidad ilustrada, hablaba varios idiomas, sus padres fueron unos ricos banqueros rusos que huyeron de su país a causa de la Revolución, debido a eso ella estudio la licenciatura en Letras en la Sorbona, la histórica universidad de París.

Es una escritora que dibuja los paisajes antiguos dónde las mujeres vivían con intensidad el enamoramiento, fue combativa, entregaba el alma en sus historias, escribió para dejar huella con sus lectores (disfrutaba escribir), su obra enseña la pasión en que vivieron los alemanes y franceses la guerra.

«Se sentía abrumado por una inmensa angustia, por el miedo, por la rebeldía frente a aquella mujer que quería violentar su vida libre».