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Murió un guerrero de las canchas

carlos_rdzf@hotmail.com
El fútbol está de luto, este lunes 9 de noviembre del 2020, dejó de existir un guerrero de las canchas de fútbol, un guerrero de la vida. Murió víctima de un infarto, Ismael Alemán Hernández, alias “El Niño”. Originario del barrio de Cuauhtémoc y Muzquiz , en Saltillo. Nació un 30 de agosto de 1961. Fue único hijo varón. Cruz Azulino a prueba de todo.

El deporte fue su vida, el gimnasio, sóftbol, béisbol, voleibol, boliche, cachibol, pelota tarasca, frontón y su gran pasión, el fútbol. Fue fundador del equipo de la Sección 38 en la Primera División Amateur. Fundador también del equipo Necaxa Blanco en la Liga de Veteranos y, desde hace muchos años, extraordinario jugador del equipo Sección 38 de la liga de Veteranos.

La vida me regaló el privilegio de ser su compañero de trabajo en la Escuela Normal Regional de Especialización, él, era prefecto, muy responsable, disciplinado, extraordinario compañero. Jugamos juntos al fútbol en el equipo de la Sección 38 por muchos años, hasta este día que partió al cielo. Era un deleite jugar a su lado. Le gustaba jugar de extremo derecho, muy pegado a la banda, como los extremos de antaño . Volaba literalmente por toda la banda, era muy fuerte, ágil y veloz, nadie lo paraba, ni por las buenas, ni por las malas.

Casi no tiraba a gol, pero, solía dar muchos pases para gol, esa era su esencia en la cancha. A nadie le cometían más pénaltis que a él, por su habilidad . eso nos dio muchos triunfos. Recibía el balón y con su gambeteo, se quitaba a uno, a otro, a otro y a otro (mientras se escuchaba el grito de: “ ya suéltala”!) y, de pronto, ya estaba dando el pase para gol, después, lo felicitábamos más a él, que a quien metió el gol.

En las charlas de medio tiempo, cuando las cosas no estaban saliendo bien, solía haber discusiones, pero Ismael, el Niño, siempre rompía el hielo con sus bromas, y aquello que se perfilaba a fricciones, terminaba en sonrisas y carcajadas. Así, dentro de la cancha fue fundamental para lograr varios campeonatos y, fuera de ella, fue importante para mantener la unidad, la armonía, camaradería y para seguir teniendo hambre de más campeonatos.

Un gran personaje del fútbol y de la cátedra, Jaime Aguilar, fue su Director Técnico en el Necaxa y en la Sección 38, señala respecto a Ismael: “ era un jugador, muy versátil, jugó todas las posiciones en mi equipo. Me gustaba donde lo pusiera a jugar, portero, defensa, donde fuera, era garantía en cualquier posición .

Era un jugador aguerrido, un guerrero. Responsable en su trabajo, muy alegre y carrilla”. Raul Martinez, nuestro Director Técnico, en el equipo Sección 38, lo describe con un nudo en la garganta “como un gran jugador , aguerrido, ágil y fuera de la cancha, como alegre y bromista”.

Uno de sus más grandes amigos desde la infancia , nuestro gran portero del equipo, Jorge Flores, pieza clave para que Ismael no se regresara al Necaxa, comenta, conteniendo las lágrimas, lo siguiente: “ Aún no lo puedo creer…vivía en el ejercicio y en el deporte. Era un extremo aguerrido, veloz, muy peligroso atacante para los adversarios. En el trabajo era muy querido por todos, hacía grupos a pesar de que no tomaba alcohol”.

Muchas buenas charlas tuvimos en la Normal Regional. En las canchas realizamos “ paredes”, cambios de juego, compartimos silencios por alguna derrota, festejamos jugadas, festejamos goles y campeonatos, levantamos la copa de campeones más de una ocasión. Ver llegar a Ismael al campo en su camioneta, generaba tranquilidad, pensabas que la victoria nos podría sonreír.

Cuando regresemos a las canchas a jugar al fútbol, no me sorprendería que tome el balón en la media cancha por el lado izquierdo y sin voltear la mirada, mande un cambio de juego, a espalda del defensa lateral izquierdo, pensando que entrarás como siempre,con el número 12 en la espalda, con velocidad a controlar el balón, dándote un auto pase, para luego mandar el balón a nuestro delantero para que anote y se vista de gloria…

Hasta siempre Ismael!!! Me saludas a nuestro ex portero, a mi siempre amigo Rodolfo Padilla, algún día nos reencontraremos.