Tel Aviv, Israel. – (Agencias) Al menos 10 niños y adolescentes menores de 18 años se encuentran entre los 45 judíos ultraortodoxos jaredíes muertos por la estampida ocurrida en el norte de Israel, durante una festividad religiosa, según una lista parcial publicada este día.
Cuatro estadounidenses, un canadiense y un argentino también se encuentran entre los muertos. Dos familias perdieron dos hijos. La victima más joven tenía 9 años.
Los llamados para que se forme una comisión que investigue el siniestro sobre todo el papel de los políticos y los altos responsables en la toma de decisiones, por permitir que se llevara a cabo la reunión masiva a pesar de las advertencias año con año de la falta de seguridad
La estampida interrumpido el festival anual Lag BaOmer en el monte Méron, al norte del país, en Galilea. El festival había atraído a unas 100,000 personas en la reunión más grande después de la pandemia gracias al exitoso programa de vacunación del país permitió levantar las restricciones.
El terrible suceso comenzó cuando la gente empezaba abandonar uno de los eventos del festival, a través de una abarrotado y estrecho callejón en pendiente que tiene escalones.
El suelo se había vuelto resbaladizo por las aguas y jugos derramados. Algunos de los que salían se resbalaron produciéndose un efecto domino entre la multitud.
Fueron cayendo uno sobre otros, aplastando al que quedaba abajo. Un veterano paramédico, Yossi Halabi, dijo al Canal 12 de Israel TV el sábado, que “se encontró con un muro de cuerpos”, cuando llegaron los llamados de alerta a su puesto de emergencia.
De acuerdo con su declaración. Le temo a él y a los otros rescatistas unos 40, minutos en sacar a los muertos y heridos. Era un caos. Dijo que era “uno de los peores, sino el peor desastre” que había visto en sus 30 años de trabajo.
De acuerdo con la costumbre judía, 32 de las 45 víctimas habían sido identificadas antes del inicio del Sabat judío, al atardecer del viernes. De ellos, 22 pudieron ser enterrados antes del día de descanso obligatorio.
La identificación de las restantes víctimas y los entierros, se reiniciarán a la media noche del sábado. Dieciséis personas permaneces hospitalizadas, tres de ellas con diagnóstico de gravedad.
Los expertos habían advertido durante mucho tiempo que las celebraciones del Monte Méron estaban próximas al desastre, debido al hacinamiento, las grandes fogatas y el calor intenso.
En un informe de 2008, la Contraloría estatal, una oficina de vigilancia, había advertido que las condiciones del sitio, incluidas las rutas de escape, “ponen en peligro al público”.
Según el Ministerio de Justicia, había iniciado una investigación sobre posible conducta criminal por parte de agentes de la policía desplegado para cuidar el evento. La gente se quejó de que las barreras colocadas por la policía había impedido la salida de la gente correctamente.
De acuerdo con las indicaciones del Ministerio de Salud, las reuniones públicas siguen limitándose a 500 personas.
Según los medios israelíes, Netanyahu, quien recibe se mantiene en el poder gracias al apoyo e los ultraortodoxos, les prometió que tendrían la festividad, a pesar de las indicaciones del Ministerio de Salud.
El primer ministro, había recibido fuertes críticas por permitir a los ultraortodoxos abrir sus escuelas y sinagogas y celebrar funerales masivos. Las comunidades ultraortodoxas fueron de las más afectadas por el Covid-19.
