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No fue ni el gran triunfo republicano ni la gran derrota demócrata

Sin embargo, la gran ola roja republicana fue contenida por una bandera que llevó el voto de las mujeres: el derecho al aborto. Ni la inflación, ni la inseguridad lograron derrotar a este gran tema

Washington, D.C. –(Agencias) Estados Unidos despertó después de las elección del martes más divido que nunca. Ni fue el gran triunfo anunciado del Partido Republicano, ni fue la gran derrota esperada del Partido Demócrata. Tendrá que pasar algunos días o semanas quizá para definir bien el mapa político post elección, pero lo que sí se puede adelantar es lo que le espera a la administración demócrata del presidente Joe Biden y a los republicanos con mira al 2024.

El gran triunfo de los Republicanos será sin duda la toma del control de la Cámara de Representantes, lugar donde se ha desatado las tormentas más enconadas durante los últimos años, en manos de los demócratas. De concretarse el triunfo republicano, la agenda del presidente Biden sufrirá duramente un bloqueo de los republicanos durante los últimos dos años de su cargo. Pero no solo eso, la llegada de los negacionistas apoyados por Trump será una dura prueba para el sistema electoral de Estados Unidos.

Cámara de Representantes

Sin embargo, la gran ola roja republicana fue contenida por una bandera que llevó el voto de las mujeres: el derecho al aborto. Ni la inflación, ni la inseguridad lograron derrotar a este gran tema, que sacudió a todas las mujeres de Estados Unidos.

Para las mujeres, fue un día triunfal. Lo habían logrado. El primer lugar Massachussets. Un salón de baile de techo alto en Copley Square fue el lugar más azul de las elecciones intermedias. Ahí, la senadora por el estado de Massachussets, identificada en el ala izquierda del partido Demócrata, Elizabeth Warren, subió al escenario, ante los vítores de la multitud presente. Los votos aún se estaban contando en el país, pero había motivo para celebrar de los demócratas en el estado. “¡Waw! que noche”” dijo. “Podemos ver nuestro futuro”, dijo Warren. “Es brillante, y es azul”.

Maura Healey (i) y la senadora Elizabeth Warren (d)

El caso de Nueva Inglaterra es significativo. Ahí, la ola roja republicana esperaban lograr avances significativos con la esperanza de obtener escaños claves en uno de los bastiones demócrata más importante, en el camino de una victoria nacional más amplia, según escribe el diario The Washington Post. Pero al final, el triunfo parecía más a una ola azul.

Los republicanos perdieron los tres escaños, en Rhode Island, Connecticut y New Hampshire, donde se esperaba que ganaran, así como la contienda por el Senado en New Hampshire. En Massachussets los demócratas ganaron todas las candidaturas al Congreso de Estados Unidos y todas las contiendas a cargos estatales, incluyendo la gobernatura. En Rhode Island, su vecino, pasó lo mismo.

Ahí, los republicanos pusieron sus esperanzas en Allan Fung, un popular exalcalde cuya candidatura fue impulsada por el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el republicano por California, Kevin McCarthy. Fung perdió frente al demócrata Seth Magaziner, extesorero del estado.

Seth Magaziner

Una de las personas que creían que Fung, con una solida reputación local como un conservador más centrista y con su punto de vista a favor del aborto, sería el ganador, incluso en un estado en donde los republicanos son superados en números, era Wendy Schiller, una politóloga de la Universidad de Brown. Sin embargo, dijo, la conclusión a su derrota es que “el Partido Republicano nacional, se ha vuelto literalmente desagradable para los votantes independientes de Nueva Inglaterra”.

La contienda en New Hampshire fue entre la senadora demócrata Maggie Hassan y el retador republicano Ron Bolduc, apoyado por Trump, quien al final fue el gran perdedor. En el caso de Maine, la actual gobernadora, la demócrata Janet Mills, derrotó al exgobernador republicano Paul LePage, quien alguna vez presumió ser igual que el expresidente Donald Trump.

Donald Trump (i) y Paul LePage (d)

Aunque Massachussets es un estado liberal que envía demócratas al Congreso de manera segura, también se ha mostrado propenso a elegir a conservadores moderados como el exgobernador republicano Charles Baker, que estuvo en dos periodos. Baker, un conservador centrista se negó a participar en las nominaciones, lo que evitó una contienda muy peleada, escribe el diario The Washington Post. En cambio, el Partido Republicano nominó al exlegislador estatal Geoff Diehl como candidato a la gobernatura. Diehl es un gran seguidor de Trump y calificó de cobarde a Baker por ser lo suficientemente leal.

Diehl fue aplastado por la demócrata Maura Healey, que se convertirá en la primera mujer y la primera abiertamente homosexual elegida para ocupar el cargo de gobernador del estado. Healy recibió el 64% de los votos por solo el 35% para Diehl.

Tras la derrota, Janet Swiff, una republicana respetable que fue nombrada gobernadora interina del estado en 2001 dijo que el relativamente pequeño Partido Republicano no podía permitirse una lucha interna como la que estalló entre los trumpistas y las facciones moderadas. “Hubo una batalla en el bote salvavidas”, dijo Swift. «Francamente, cuando estás en el bote salvavidas, no deberías dispararte».

Pero ella no estaba preparada para el epitafio de los republicanos en su estado o en Nueva Inglaterra. Su esperanza radicaba en que los resultados del martes ayudaran a alejar al partido nacional de lo que llamó una “manía impulsada por la personalidad”.

La paliza fue tan grande que afectó a las elecciones a cargos locales de estados vecinos que se encontraban en manos de los republicanos durante décadas. En Cape Cod, el cargo de fiscal de distrito que había recaído en los republicanos desde su creación en 1971, será ahora demócrata. En el condado de Bristol, el sheriff que había abrazado con entusiasmo a Trump perdió con un demócrata, después de 25 años en el cargo.

Phil Scott

Pero hubo dos triunfos republicanos también importantes. Las reelecciones del gobernador de Vermont, el republicano Phil Scott, y del gobernador de New Hampshire, Chris Sununu. También tienen aún la esperanza de un escaño al Congreso de Maine, donde se irán a segunda vuelta ya que el demócrata Jared Golden ganó la contienda al republicano Bruce Poliquin, pero no alcanzó el umbral del 50% de los votos.

En estos estados, ser republicano es “un ancla para arrastrar”, dijo el exgobernador de Rhode Island, Lincoln Chafee. Eso, dijo, se hizo aún más cierto después de la revocación de Roe v. Wade. El fallo fue “un shock para muchos, incluso para aquellos que podrían ser ambivalentes” sobre el aborto. “Mucha gente simplemente sintió, ‘déjalo en paz’”.