Las madres buscadoras no nacen, la incompetencia y corrupción de las Fiscalías las hace.
Tener un hijo desaparecido en México no es el final de una tragedia.
Seis madres buscadoras fueron asesinadas en nuestro país en 16 meses, es una ironía dolorosa, buscan a sus hijos con el corazón roto; luego vienen y las matan.
El estado no tuvo seguridad para sus hijos, menos para ellas.
En fechas de celebrar la maternidad, hoy abrazo fuerte a las madres buscadoras; ellas no pidieron serlo, pero las circunstancias las colocaron en posición de exigir justicia y resolver por sus propios medios.
Se pueden leer sus historias una y otra vez: son historias de terror que se repiten, y mientras tengamos el privilegio y la bendición de poder apapachar a nuestros hijos, jamás vamos a comprender la profunda tristeza que vive una madre buscadora.
Que Dios les de la fuerza y garra para seguir en la lucha; que no se pierda la esperanza de conocer la verdad y la justicia.
