Ontario, Canadá. – (Agencias) La provincia de Ontario se ha declarado en estado de emergencia y ha dicho que aplicará fuertes multas, encarcelamiento y confiscación de las licencias de los vehículos como medidas para poner fin al bloqueo de la capital y del puente Ambassador por los camioneros del Freedom Convoy (Convoy de la Libertad), que han paralizado el comercio con los Estados Unidos.
El lunes pasado los manifestantes cerraron el Puente Ambassador, que une a Detroit con Windsor, como parte de una protesta nacional de los transportistas que inicialmente demandaban la eliminación del mandato de vacunas obligatorias pero que se han ampliado a otras , incluidas la renuncia de Justin Trudeau como primer ministro, lo que ha generado pérdidas del comercio canadiense de unos 400 millones de dólares canadienses.
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, dijo que “estas acciones tendrán consecuencias, y serán graves”, al anunciar el plan de la provincia para combatir la “perturbación, la intimidación y el caos” de las protestas que han paralizado la ruta comercial más importante del país.
También, ha pedido a los manifestantes que tiene bloqueado la capital del país, Ottawa, que pongan “fin al asedio” que se ha prolongado dos semanas, diciéndoles que en realidad son a los habitantes a quienes tiene secuestrados en la capital. «Es tiempo de salir. Y es hora de hacerlo pacíficamente”, sentenció. Según Ford, las multas por bloquear rutas claves, incluidos puentes y carreteras, podrían llegar hasta 100,000 dólares canadienses y hasta un año de cárcel.
Por su parte, la autoridades de Windsor tiene una audiencia programada para hoy en la corte buscando una orden judicial para desalojar a los manifestantes del puente internacional. El alcalde Drew Dilkens calificó el bloqueo como “una crisis nacional”.
Mientras tanto, los funcionarios de Estados Unidos comienzan a impacientarse por el cierre del puente que ha detenido cientos de millones de comercio transfronterizo. El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, y el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, instaron a sus homólogos canadienses a “usar los poderes federales para resolver esta situación en nuestra frontera conjunta”, según la declaración este jueves de un funcionario de la Casa Blanca.
Los manifestantes, que cerraron el puente, abrieron un carril para dejar pasar el flujo de vehículos, sin embargo, a medida que pasa el tiempo, los retrasos repercuten en la economía. Varios fabricantes, algunos de los mayores empleadores en la región, se han visto obligados a reducir la producción.
“Hoy, el mejor consejo que tengo para las personas que bloquean ilegalmente el Puente Ambassador es IR A CASA”, tuiteó Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices. “El daño inconmensurable que has hecho EGOÍSTAMENTE a [Canadá] será asumido por tus conciudadanos que hablarán de ti durante los próximos 30 años. ‘Perdí mi trabajo por tu truco’”.
La acción legal de Ford, líder del Partido Conservador de Ontario, es la segunda promovida por su gobierno contra los manifestantes y el bloqueo de los transportistas. El gobierno obtuvo esta semana una orden judicial para congelar cualquier donación destinada al Freedom Convoy a través de la plataforma estadounidense de recaudación de fondos GiveSendGo, aplicando una disposición en el Código Penal de Canadá que establece la facultad de congelar fondos fuera del país.
El jueves, la empresa dueña de la plataforma recaudadora de donaciones señaló que “Canadá tiene absolutamente CERO jurisdicción” sobre como administraba sus fondos.
La declaración del estado de emergencia de Ontario sigue a una declaración similar de la autoridades de Ottawa la semana pasada. Estas declaraciones contrastan con la posición de muchos legisladores conservadores canadienses que alentaron y brindaron su apoyo a la protesta inicialmente, pero que ahora empiezan a cambiarla. El jueves, la líder conservadora interina, Candice Bergen, llamó a los paristas a desmantelar sus bloqueos y que regresen a casa.
Bergen había calificado a los manifestantes del Convoy de la Libertad como un grupo de “canadienses apasionados, patrióticos y pacíficos” preocupados por la libertad en estos momentos de restricciones del Covid. La conservadora había posado con los transportistas para los fotógrafos.
