Madrid, España. – (Agencias) Pablo Iglesias ha decidió abandonar la política de partido tras el estruendoso fracaso en las elecciones adelantadas de la Comunidad de Madrid.
«Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido. Seguiré comprometido con mi país, pero no voy a ser un tapón para la renovación de liderazgos».
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El final ha sido tan abrupto como su llegada hace 7 años. El líder de Unidas Podemos ha decidido dar un paso a un lado para dimitir, dejar todos sus cargos y abandonar la política institucional.
«Es evidente, al día de hoy, que creo que no contribuyo a sumar», ha dicho Iglesias, al filo de las 11 de la noche.
Rodeado de la plana mayor de Unidas Podemos, admitió que ha dejado “de ser útil para el partido”, y que por eso se aparta tras su sorpresiva llegada hace 7 años con 5 escaños en las elecciones europeas de 2014.
Unidas Podemos, fusionado con Izquierda Unida, apenas con una pequeña representación dentro del Parlamento madrileño, 7.2% de los votos.
Aunque crece de 7 a 10 escaños, es una representación irrelevante y testimonial, lejos de su anterior socio, Iñigo Errejón de Más Madrid, e incluso, por debajo del partido de extrema derecha Vox, al que trataba de contener.
Habló del triunfo de Díaz Ayuso, que arrolló a los tres principales partidos de izquierda y borró a Ciudadanos. Lo calificó de “tragedia”.
«El éxito electoral de la derecha trumpista de Ayuso es una tragedia para la sanidad pública madrileña, para los servicios públicos, pero es indudable que es lo que ha votado la mayoría de la ciudadanía madrileña. El aumento de la participación no se ha traducido en lo que nosotros buscábamos», lamentó.
Iglesias justificó su renuncia en que, durante la campaña, se convirtió en una suerte de “chivo expiatorio” del resto de las formaciones.
«Me he convertido en un chivo expiatorio que moviliza los aspectos más contrarios a las bases materiales de la democracia. Cuando tu papel para mejorar la democracia en tu país se ve tan enormemente limitado, uno tiene que tomar decisiones y las tiene que tomar sin contemplaciones».
Tras abrazarse uno a uno con los dirigentes y candidatos que lo acompañaban en el salón de actos, vino un largo aplauso. Inmediatamente, Iglesias abandonó la sede del partido cuyo origen se remonta en las protestas del 15-M, en la lejana primavera de 2011. Han pasado ya 10 años de aquello.
Se fue con Irene Montero, junto a su amigo y exprofesor Juan Carlos Monedero, con su compañero Rafael Mayoral, al lado de la ministra Ione Belarra, y caminando junto al resto de su comité. Solo siete años después de anunciar que tomaría el cielo por asalto.
