Internacional

Pakistán, una visión apocalíptica del cambio climático

Pakistán ha sido golpeado por fenómenos atmosféricos graves producto del cambio climático desde el inició de este año

Islamabad, Pakistán. – (Agencias) Ali Baksh, un granjero pakistaní, se paró sobre un terraplén y señaló hacia el lugar donde se encuentran sus tierras completamente bajo el agua, en una imagen desoladora, en la provincia de Sindh, en Pakistán. Baksh se encuentra ahora refugiado en un campamento improvisado al que solo se puede acceder en una barca. Él, como poco más de 2,000 personas, se vio obligado a abandonar su hogar cuando llegaron las inundaciones.

“Hace unos meses no llovió y hubo una grave escasez de agua para los cultivos. Oramos por la lluvia. Pero cuando llovió, nos quedamos sin hogar y nuestros cultivos fueron destruidos. No nos queda nada… solo océanos en las carreteras, en las granjas y sumergiendo a nuestros hogares”.

Pakistán ha sido golpeado por fenómenos atmosféricos graves producto del cambio climático desde el inició de este año. Primero, llegaron olas de calor extremo que subieron la temperatura a más de 50°C (122F) en la primavera, seguida por enormes incendios forestales y graves sequías. Luego llegaron las lluvias de un monzón estacionado como nunca se había observado.

Tras las torrenciales lluvias traídas por el monzón en las últimas semanas, un tercio de las provincias del país se encuentran bajo el agua. Lo que ha traído un nuevo nivel de miseria humana y una clara imagen apocalíptica de los efectos del cambio climático, en uno de los países menos responsable de ello.

“He visto muchos desastres humanitarios en el mundo, pero nunca he visto una carnicería climática de esta escala”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en una visita a Pakistán esta semana. “Simplemente no tengo palabras para describir lo que he visto hoy”.

Hiperinundación.

El inusitado monzón, que ha roto todos los registros que se tenían y que comenzó a mediados del pasado mes de julio, ha devastado gran parte del país, con zonas que han recibido ocho veces más su precipitación monzónica normal. Torrentes de agua arrasaron pueblos, destruyendo miles de casas. Escuelas, carreteras, escuelas y puentes, y destruyeron unos 18,000 kilómetros de tierra de cultivo.

En la provincia de Sindh, la región más al sur del país, que produce la mitad de los alimentos de Pakistán, el 90% de las tierras cultivables se encuentras destruidas y, en su lugar, un gran lago de más de 100 kilómetros se extiende hasta el horizonte después de que río Indo se desbordara. La inundación mató a más de 1,400 personas. Millones de personas han perdido sus hogares y medios de subsistencia, y el país ha sufrido enormes costos financieros. Los daños, hasta el momento, se estiman en unos 30,000 millones de dólares.

Las agencias de ayuda internacional declararon que, tras las inundaciones, miles de niños han quedado sin alimento y depende del agua potable que fue contaminada para sobrevivir, mientras una larga fila de mujeres embarazadas y ancianos se acinan en los campamentos improvisados, sin medicinas que se requieren para salvar vidas. Los hospitales de las áreas inundadas se encuentran desbordados. Los médicos de uno de los distritos más afectados de la región han reportado el aumento peligroso de los casos de malaria que se han quedado sin capacidad de atacarla.

A medida que aumentan los horrores de las inundaciones, una población traumatizada ahora enfrenta la escasez de alimentos, la hambruna y las enfermedades. Según los expertos, la crisis se agravará en las próximas semanas y meses. “La escala de esto y lo que aún está por venir para el pueblo de Pakistán es bastante escalofriante, para ser honesto”, dijo Farhana Yamin, ex abogada de la ONU que nació en Pakistán y ayudó a redactar el acuerdo climático de París de 2015. “Este no es un país pequeño, es el quinto país más poblado del mundo, y ha sido devastado… Tomará décadas recuperarse”.

Zona de Impacto

Pakistán es responsable de menos del 1% de las emisiones globales de carbón, según datos de la Unión Europea, pero como han demostrado los últimos seis meses, se encuentra en el punto más crítico de la crisis climática.

“El calentamiento global es la crisis existencial que enfrenta el mundo y Pakistán es la zona cero”, dijo la ministra de cambio climático de Pakistán, Sherry Rehman. “Hay tantas pérdidas y daños, con tan pocas reparaciones a los países que contribuyeron tan poco a la huella de carbono del mundo, que obviamente el trato hecho entre el norte y el sur global no está funcionando”.

Sherrry Rehman

La historia de los efectos climáticos este 2022 en Pakistán, es una lectura cruda.  En primavera, las primeras olas de calor elevaron las temperaturas a 50°C en muchas partes del país, superando los limites que el cuerpo humano puede resistir. El extremo calor provocó un enorme incendio que envolvió a Shirani, el bosque de pinos natural más grande del mundo, que se extiende sobre 26,000 hectáreas y alberga más de 10.8 millones de árboles. El incendio en la provincia suroccidental de Baluchistán redujo a cenizas el 40% del bosque.

En el distrito de Mastung, en Baluchistán, conocido por sus huertos de manzanas y duraznos, Haji Ghulam Sarwar Shahwani, un agricultor, vio cómo florecían sus manzanos para que, poco después, verlos marchitarse por el infernal calor pudriendo la mayor parte del fruto. Sin embargo, las inundaciones que vinieron después del terrible calor trajeron un nivel de devastación nunca visto.  

“Llovió durante semanas en julio y agosto y luego el agua de la inundación proveniente de las montañas dañó todos mis 6,000 manzanos. Solo podíamos ver la copa de los árboles sobre el agua de la inundación y ahora no podrán crecer. Tenemos que cortarlos una vez que se drene el agua de la inundación”, dijo Shahwani.

Inspeccionando sus huertos devastados, que le llevó décadas construir, dijo: “Nunca había visto olas de calor tan grandes en abril en Mastung, ni inundaciones tan masivas en mi vida. Llovió continuamente durante más de 120 horas en algunas zonas. Esta cantidad de agua, al parecer, es irreal para mí. Se ha llevado todo lo que teníamos”.