Religión

Papa Francisco: El Señor desea habitar en todos los corazones

El Papa Francisco destacó este 9 de noviembre, fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, que “el Señor desea habitar en todos los corazones”.

Además, el Santo Padre añadió que “incluso si sucede que nos alejamos de Él, al Señor le bastan tres días para reconstruir su templo dentro de nosotros”, al comentar las palabras de Jesús en el Evangelio de San Juan (Jn 2,19).

Así lo indicó el Pontífice a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es.

La Basílica de San Juan de Letrán fue la primera Basílica en ser construida en la ciudad de Roma, incluso antes que la Basílica de San Pedro.

Cada 9 de noviembre, la Iglesia celebra la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, catedral de la Diócesis de Roma, porque fue consagrada por el Papa San Silvestre el 9 de noviembre del 324.

La Basílica de San Juan de Letrán es llamada Basílica “de San Juan” porque tiene dos capillas importantes, una en honor a San Juan Bautista y otra en honor de San Juan Evangelista.

También se le conoce como “Basílica del Divino Salvador” porque en el año 787, cuando fue nuevamente consagrada, una imagen del Divino Salvador milagrosamente derramó sangre.

El 9 de noviembre de 2008 Benedicto XVI dijo en el rezo del Angelus que esta Basílica “fue la primera en ser construida después del edicto del emperador Constantino, el cual, en el año 313, concedió a los cristianos la libertad de practicar su religión” y añadió que “el mismo emperador donó al Papa Melquíades la antigua propiedad de la familia de los Laterani y allí hizo construir la Basílica, el baptisterio y patriarquio. Es decir, la residencia del Obispo de Roma, donde vivieron los Papas hasta el período aviñonés”.

De este modo, Benedicto XVI explicó que “honrando el edificio sagrado, se quiere expresar amor y veneración a la Iglesia romana que, como afirma san Ignacio de Antioquía, ‘preside en la caridad’ a toda la comunión católica”.

“Esta celebración también nos recuerda la importancia de los edificios materiales, en los que las comunidades se reúnen para alabar al Señor. Por tanto, toda comunidad tiene el deber de conservar con esmero sus edificios sagrados, que constituyen un valioso patrimonio religioso e histórico. Por eso, invoquemos la intercesión de María santísima, para que nos ayude a convertirnos, como ella, en ‘casa de Dios’, templo vivo de su amor”, concluyó entonces Benedicto XVI.

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