Taipéi, Taiwán. – (Agencias) A pesar de las advertencias chinas de “no estar jugando con fuego”, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán el martes por la noche. Mientras, la Casa Blanca trabajaba urgentemente para reducir el impacto de la visita en las relaciones con China, con la esperanza de evitar una crisis geopolítica en medio de las amenazas de Pekín.
Poco antes de la 11 p.m., hora local, el avión de Pelosi aterrizó en el aeropuerto de Taipei Songshan en la capital, Taipéi. Fue recibida por el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, que llevaba un cubrebocas, y el personal del Instituto Estadounidense en Taiwán (AIT), que es la embajada de facto de los Estados Unidos en Taipéi. Se espera que el miércoles por la mañana, la líder demócrata Nancy Pelosi se reúna con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
China ha reclamado durante años al territorio de Taiwán como parte de suya, buscando aislarlo diplomáticamente, por lo que cualquier visita extranjera de alto nivel lo considera una expresión de apoyo a la independencia de Taiwán. El líder chino, Xi Jinping ha prometido “reunificar” Taiwán con China continental.
También, de manera privada, casi todo el equipo de seguridad del presidente Joe Biden ha visto el viaje y su calendario, con profundas reservas, de acuerdo con una fuente anónima citada por el diario The Washington Post. Están preocupados por que a pesar de que las tensiones ya son altas, Estados Unidos está tratando de pedir la cooperación de China en la guerra de Ucrania.
Aunque Jake Sullivan, el asesor de Seguridad Nacional de Biden, habló con su homologo chino para defender el derecho de la visita de Pelosi, al igual que otros funcionarios de alto rango de la Casa Blanca, aun así, consideró inoportuno el viaje. Sullivan había expresado su preocupación días antes del viaje de Pelosi, incluso buscó manera de disuadir a Pelosi de hacerlo.
El martes en la noche, el Ejército Popular de Liberación publicó. a través de la agencia estatal Xinhua, de que se llevarían a cabo «importantes operaciones de entrenamiento militar» y simulacros con munición real en seis lugares marítimos que rodean Taiwán entre el jueves y el domingo, inmediatamente después de la visita del presidente de la Cámara.
“China se opone firmemente y lo condena con severidad, y ha realizado una gestión seria y una fuerte protesta ante Estados Unidos”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores con respecto al viaje de Pelosi, a través de una denuncia diplomática.
Pelosi, es la segunda en la línea de sucesión presidencial en Estados Unidos y la primera funcionaria de gobierno estadounidense de más alto rango que visita Taiwán en un cuarto de siglo. El anterior fue el representante por Georgia, el republicano Newt Gingrich, en 1997, aunque, de acuerdo con The Post, se podría decir que, en circunstancias muy diferentes, cuando China no era una super potencia.
Poco después de su llegada, Pelosi escribió en un comunicado que “la visita de nuestra delegación del Congreso a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán”.
Acompaña por otros representantes, la líder de la Cámara de Representantes negó que si visita sea una provocación indebida. Dijo que no alteraba el enfoque “de ambigüedad estratégica”, que ni apoyaba la independencia de Taiwán ni se opone a ella. Recordó las diferentes posiciones políticas de mucho tiempo de Estados Unidos ante China y Taiwán.
“Nuestra visita es una de varias delegaciones del Congreso a Taiwán, y de ninguna manera contradice la política de larga tiempo de Estados Unidos, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los Comunicados Conjuntos de Estados Unidos y China y las Seis Garantías”, dijo en su declaración. “Estados Unidos continúa oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo”.
Por su parte, John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, aseguró que Estados Unidos no quiere un conflicto con China. Estados Unidos “no buscará y no quiere una crisis”, dijo. “Estamos preparados para manejar lo que Beijing decida hacer. Al mismo tiempo, no participaremos en ruidos de sables”.
Según un comunicado del AIT, Pelosi permanecerá hasta el miércoles, tocando temas sobre las relaciones de Estados Unidos con Taiwán, la seguridad, la pandemia de Covid-19, el comercio, la crisis climática, los derechos humanos y otros temas de “interés mutuo”.
Sin duda, para los habitantes de la isla la visita de la política estadounidense fue claramente significativa y difícilmente un evento común. El rascacielos más grande de la capital, el Tapei 101, se ilumino con un mensaje de bienvenida en chino e inglés. Un pequeño grupo de simpatizantes la esperaban a la salida del aeropuerto de Songshan.
