Santa Fe, Nuevo México. – (Agencias) Un video nocturno de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos muestra los peligros que enfrentan los migrantes en la Frontera de Estados Unidos con México, y más cuando se trata de niños.
En las imágenes granuladas, se ve la figura de alguien que parece un adulto en lo alto del muro fronterizo que divide el país con México, poco más de 4 metros, con un niño pequeño que lo levanta por un costado y lo cuelga de su brazo antes de ser arrojado al suelo del lado estadounidense.
La operación se repite con un segundo niño. A medida que se ven a los niños reincorporándose se puede observar a dos imágenes de adultos huyendo del lado mexicano.
De acuerdo con The Washington Post, los agentes de la patrulla fronteriza de inmediato se trasladaron a esa sección de la frontera cerca de Cristo Rey, Nuevo México, donde encontraron a dos niñas ecuatorianas hermanas, de 3 y 5 años.
Las hermanas fueron trasladadas a un hospital para su revisión médica y fueron dadas de lata médicamente. Las niñas quedaron en custodia de la Patrulla Fronteriza el miércoles, en espera de ser atendidas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Las imágenes del video son el último recordatorio de los peligros que corren los niños y adolescentes que están llegando a la frontera sur, a menudo sin ningún adulto que los acompañe.
A principios de marzo, un niño de 9 años de México se ahogó mientras trataba de cruzar a nado el Rio Grande, cerca de Eagle Pass, en Texas. En otro caso, un bebe de 9 meses fue arrojado al río cerca de Roma, Texas, fue rescatado oportunamente de acuerdo con las autoridades locales.
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Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, culpó a los traficantes o “polleros” de estos incidentes.
«La forma inhumana en que los contrabandistas abusan de los niños mientras se benefician de la desesperación de los padres es criminal y moralmente reprobable», dijo Mayorkas en un comunicado.
Y agregó: «No cabe duda de que los niños son excepcionalmente vulnerables cuando son puestos en manos de contrabandistas. Existe un grave riesgo de que sean explotados y dañados».
Los niños migrantes cuando se aventuran a viajar, con o sin sus padres, miles de kilómetros hacía los Estados Unidos, enfrentan enfermedades, aislamientos, abusos, secuestros, violencia y un terreno traicionero.
La odisea del dolor, el hambre y la duda a menudo no termina en el río o el cruce del desierto, escribe Arelis R. Hernández, articulista del Washington Post.
A partir de momento que salen de su país de origen, los niños están expuestos a los peligros de viajar por cualquier medio disponible.
Los migrantes que cruzaron la frontera del Valle Rio Grande, declararon al Washington Post su odisea. Caminaron cientos de kilómetros, tomaron autobuses de todo tipo, viajaron con aventones de automovilistas y subieron a trenes.
Viajan en grupos grandes, “caravanas”, que ofrecen un poco de seguridad, pero que se fraccionan en grupos pequeños conforme avanzan.
En cualquier escenario, los migrantes, especialmente los niños y adolescentes, no tiene idea de saber si el conductor, contrabandista o compañero de viaje los violentará o los dejará en manos de los criminales.
Las historias de terror son comunes. El robo, secuestro y agresión sexual son vivencias compartidas detalladas en los relatos de los migrantes y en las organizaciones de derechos humanos.
La directora ejecutiva de Global Response Management, una ONG que brinda atención médica a solicitantes de asilo en México, Helen Perry, dijo que en su organización han tratado a niños con cicatrices de palizas, mutilación genital y torturas sufridas en el viaje,
«Huyen de situaciones horribles para encontrarse con horror en la carretera», dijo, recordando cómo una mujer tenía el nombre de la banda que la violó tallada en su abdomen con un cuchillo.
«Me gustaría poder decirles que sólo tengo una o dos de esas historias. Pero nunca termina”.
