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Por estas razones los insectos serán la mejor comida del futuro

El insecto será el alimento del futuro. ¿Por qué? Son limpios, sabrosos, nutritivos e inofensivos, según varios expertos en el mundo; pero no son las únicas razones.

Desde hace miles de años, en distintos países del mundo, los insectos fueron (y son) los ingredientes principales de muchas civilizaciones; incluso en México son considerados como «manjares».

«En el Códice Florentino, escrito alrededor de 1521 por fray Bernardino de Sahagún, se reportan 96 especies de insectos comestibles de diversos tipos para el valle de México, y ésta fue una apreciación realizada por alguien no calificado en entomología», escribe la doctora Ramos Elorduy, del Instituto de Biología de la UNAM, en su ensayo ‘¿Los insectos se comen?’.

Como cualquier ingrediente, cada insecto se busca por su sabor, textura, olor y color, para añadirse a una receta o platillo. Por ejemplo, en México se consumen diversos tipos de insectos según la región, desde coleópteros como escarabajos, himenópteros como avispas y hormigas, hasta hemípteros y ortópteros, como chinches y chapulines.

¿El insecto es el alimento del futuro?

Al ser una fuente de proteína (incluso mayor que la del pollo, pescado y la carne de res en algunos casos, con 55 a 65 por ciento de proteínas de buena calidad), los insectos pueden sustituir prácticamente a cualquier tipo de carne en muchos platillos, principalmente aquellos de gran tradición, como el mole.

Comer insectos reaviva una herencia culinaria que sobrevivió durante cientos de años en el imaginario de diversas culturas, además de convertirse en una opción ante las urgencias del presente, ya sean climáticas o alimentarias, que pueden hacernos pensar en un futuro más sustentable y más saludable.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que el consumo de insectos complementa la dieta de 2 mil millones de personas en el mundo. La institución afirma que es el alimento del futuro y promueve su consumo con dos objetivos: que la gente tenga acceso a proteína de calidad y que exploten sus recursos locales de manera sustentable.

De acuerdo con una investigación de la FAO, realizada en conjunto con la Universidad de Wageningen (Países Bajos), los insectos que más se consumen a nivel mundial son los escarabajos (31 por ciento), orugas (18 por ciento), abejas, avispas y hormigas (14 por ciento), y saltamontes, langostas y grillos (13 por ciento).

Por otro lado, el organismo de la ONU afirma que criar insectos de forma sostenible puede ayudar a evitar la sobreexplotación forestal. Si la producción tendiera a ser más automatizada, se podrían bajar los costos a un nivel en el que la industria se beneficiaría de la sustitución de harina de pescado, por ejemplo, con harina de insectos en la alimentación del ganado. La ventaja sería un aumento del suministro de pescado para el consumo humano.

Aunque parece solo una práctica extraña, hay que comenzar a pensar en que el consumo de insectos es beneficiarle , no solo para el organismo, sino para la sustentabilidad de la población mundial en un futuro cercano.