Washington, D.C. – (Agencias) Ahora surgen más preguntas sobre el por qué Trump se llevó indebidamente cajas con registros suyos que se consideran clasificados y algunos hasta “ultrasecretos”, a su resort en Mar-a-Lago, en Florida, de acuerdo con el testimonio de dos personas cercanas al proceso citadas por The Washington Post.
La existencia de registros o documentos considerados clasificados, que no fueron informados anteriormente, pondrá presión a Trump y a sus allegados que podrían enfrentar una situación legal y que, ahora, despiertan muchas sospechas sobre el por qué fueron sustraídos irregularmente.
Aunque no se ha dicho cuántos documentos considerados clasificados encontraron entre las cajas que recuperaron en Mar-a-Lago y que fueron entregadas al Administración Nacional de Archivos y Registros, algunos estaban marcados como información extremadamente confidencial y estaría limitada para un pequeño grupo de funcionarios con autoridad para acceder a la información, de acuerdo con las dos personas.
Los registros marcados como ultraconfidenciales fueron descubiertos por el Archivo Nacional cuando ordenaban las 15 cajas requisadas a finales del mes pasado en el resort propiedad de Trump en Mar-a-Lago. Los funcionarios de la Administración de Archivos han solicitado al Departamento de Justicia que investigue el asunto, aunque el jueves por la tarde los agentes del FBI no había aún revisado los materiales.
Sin embargo, no está claro si el Departamento de Justica iniciaría una investigación completa. Los archivos confidenciales se almacenas en un lugar confidencial compartimentada, también conocido como SCIF, en tanto los funcionarios de Justicia debatían como proceder.
El portavoz de Trump, Taylor Budowich, dijo: “Está claro que un proceso normal y rutinario está siendo armado por fuentes gubernamentales anónimas y políticamente motivadas para vender noticias falsas. La única entidad con la capacidad de cuestionar de manera creíble este informe falso, los Archivos Nacionales, no proporciona comentarios”.
De acuerdo con la Oficina de Supervisión de Seguridad de la Información de los Archivos, se aplica una clasificación de «alto secreto» a la información cuya divulgación no autorizada «podría causar un daño excepcionalmente grave a la seguridad nacional».
Pero, aunque los registros marcados como clasificados sean encontrados en un lugar donde no pertenecen, los fiscales enfrentan una muy alta barra para lograr fincar responsabilidad penal. Deberán probar que alguien manejo mal el material intencionalmente o que fue negligente al hacerlo, lo que puede ser un obstáculo en sí mismo.
Y Trump, como presidente, habría tenido una libertad ilimitada para desclasificar el material, lo que podría plantear desafíos aún mayores para presentar un caso en su contra.
Pero, independientemente de si se puede fundamentar un caso penal, el exfiscal Brandon Van Grack dijo que “el FBI querría y necesitaría revisar la información y realizar una investigación para determinar qué ocurrió y si se comprometieron fuentes y métodos”.
