Lado B

¿Por qué se celebra halloween?

EL ORIGEN DE HALLOWEEN

El origen de Halloween, se le atribuye a los antiguos pueblos celtas quienes para conmemorar el fin de una cosecha, organizaban una celebración a finales de octubre, la cual fue nombrada Samhain (el final del verano), durante dicha celebración se despedían de Lugh, dios del Sol.

Al igual que otras culturas los celtas, creían que los espíritus volvían a caminar por la tierra, buscando poseer a los vivos. Por eso no se encendía ningún fuego, las casas permanecían frías y oscuras, sus dueños se vestían fúnebremente para evitar la atención de los muertos y de este modo se creía que en la noche de los muertos se podía seguir con vida si se pasaba desapercibido.

El año céltico terminaba en el otoño, para ser exactos el 31 de octubre, la característica principal era la caída de hojas, para ellos significaba el comienzo de un año nuevo. “All Hallows Eve” ,es decir, víspera de todos los santos, ese es el nombre anglosajón que con los siglos se le fue dando a esta particular tradición, y al pasar de los años toma el nombre de Halloween.

DULCES Y CALABAZAS

En 1840 esta festividad llega a Estados Unidos y Canadá, donde queda fuertemente arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los jack-o’-lantern (calabaza gigante hueca con una vela dentro), inspirada en la leyenda de «Jack el Tacaño».

Cuenta la leyenda de esta tradición, que Jack era un bebedor, jugador y holgazán que pasaba los días tumbado bajo un roble. En una ocasión se le apareció Satanás para llevarlo al infierno; pero Jack le retó a trepar al roble y, cuando el diablo estuvo en la copa del árbol, talló una cruz en el tronco para impedirle descender. Entonces Jack hizo un trato con el diablo: le permitiría bajar si nunca más volvía a tentarlo con el juego o la bebida.

Cuando Jack murió, sin embargo, no pudo entrar en el cielo debido a sus pecados en vida, y tampoco pudo hacerlo en el infierno por haber engañado al diablo. Con el fin de compensarlo, el diablo le entregó una brasa para iluminar su camino en la noche helada por la que debería vagar hasta el día del Juicio Final. La brasa estaba colocada dentro de una cubeta ahuecada que era un nabo y que tenía que arder por siempre como un farol.

Es por eso la tradición de  tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles con una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos si no mantenerlos alejados de las personas y de las casas.

En la actualidad, los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta, los niños pronuncian la frase «truco o trato», «truco o dulce» o «travesura o dulce» (proveniente de la expresión inglesa trick or treat). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.