Bogotá, Colombia. – (Agencias) Las noches son infernales en Portal Américas, un barrio bajo de Bogotá que se ha convertido en el epicentro de las protestas contra el presidente de Colombia, Iván Duque.
Si durante el día se suceden los actos pacíficos y reivindicativos, al caer la tarde sus calles se transforman en un campo de batalla en el que llueven las piedras de un lado y los cañones de agua y gases lacrimógenos del otro.
Tras semanas de refriegas, los vecinos de la zona no pueden más. El ruido, la tensión y los destrozos en sus viviendas hacen que el día a día sea insoportable:
– «Uno no puede todos los días estar cambiando vidrios. Entonces de ahí vemos que hay cartones, asegurados con cinta para que no se entre el gas. Estas casitas son humildes, de estrato dos», dijo un vecino.
Son muchas las viviendas con puertas y ventanas destrozadas, unas veces por piedras, otras por perdigones. Pero si hay algo que asusta a todo el vecindario son los gases lacrimógenos que utilizan las fuerzas del orden:
– «Por la cuestión de los gases, se puso (la bebé) casi ahogándose, toda roja y toda, entonces toda la noche molestó, porque siempre jodieron hasta hartas horas de la noche», lamentaba una mamá con su bebé en brazos.
– «Arriba en el apartamento cayeron unos gases y yo salí en ese momento para el baño y me comí ese humo. Ese fue como a las 2, 1 de la mañana, y caí. Menos mal que estaba la esposa y me levantó, me echó agua y volví como en sí. Y ya he vivido 3 veces lo mismo», se quejaba un anciano.
Las huellas de los enfrentamientos se reflejan en calles, tejados y fachadas. Lo que ocurre en Portal Américas pasa en otros barrios emblemáticos del movimiento antigubernamental en otras ciudades.
Como en Puerto Resistencia, en Cali, o en el Parque de la Resistencia, en Medellín. Escenarios de protestas legítimas, pero también de actos de vandalismo y de la represión policial.
