Luego de que el Congreso de Ciudad de México aprobó un dictamen que pretende eliminar por completo la protección legal de la vida en gestación, mediante la reforma al Código Penal, iniciativa que busca la despenalización total del aborto en la capital del País y que probablemente se extenderá a otros estados de la República, la Conferencia del Episcopado Mexicano estableció una postura de rechazo.
“No sólo eliminaría el límite actual de las 12 semanas de gestación, sino que abriría la puerta a la terminación del embarazo en cualquier momento. Más aún, pone en riesgo la salud y la vida de las mujeres al crear la falsa percepción de que el aborto es seguro y es la única opción ante un embarazo en circunstancias difíciles”, señaló mediante un comunicado.
“Como pastores, no podemos permanecer en silencio ante una medida que, bajo el argumento de defender derechos, en realidad desconoce el derecho humano más fundamental: el derecho a la vida desde la concepción hasta su muerte natural, yabandona a las mujeres a decisiones que pueden marcar dramáticamente sus vidas”, añadió.
“La vida de cada persona humana es obra maravillosa de Dios, quien nos creó para vivir en comunión con Él y con los demás en el Amor. La fe nos enseña que el ser humano desde su concepción es único y se desarrolla en continuidad y autonomía dentro del seno materno. Por ello, desde su concepción y hasta su muerte natural requiere la protección y el cuidado de la familia y la sociedad, pues en su misma fragilidad se manifiesta ya la grandeza de la dignidad inherente de la persona humana, que deriva de ser imagen y semejanza de Dios”, se añade.
“El derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de simple opinión política. La vida humana, que describen las ciencias biológicas, manifiesta un significado y trascendencia que ninguna ley positiva puede eliminar ni cambiar”, concluye el documento firmado por Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, y Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, secretario general.