Internacional

Próxima pandemia podría venir del deshielo de glaciares

Un ejemplo: en 2016, un brote de ántrax en el norte de Siberia que mató a un niño e infectó al menos a otras siete personas se atribuyó al cadáver de un reno infectado que se encontraba atrapado en el permafrost

Ottawa, Canadá. – (Agencias) Durante siglos, la humanidad ha sufrido calamidades producidas por las pandemias que han provenido de los animales, murciélagos, aves o roedores, sin embargo, la próxima pandemia podría venir del deshielo de los glaciales, según arroja los nuevos datos registrados por una investigación de Audrée Lemieux, Graham A. ColbyAlexandre J. Poulain y Stéphane Aris-Brosou de la Universidad de Ottawa, publica el diario inglés The Guardian.

Un análisis genético del suelo y sedimentos lacustres del Lago Hazen en el Ártico, el lago de agua dulce más grande del mundo, mostraba que el riesgo de una propagación viral, cuando el virus infecta un nuevo huésped por primera vez, pude ser mayor cerca de los glaciares que se derriten.

Lago Hazen

Este descubrimiento implica que a medida que el cambio climático aumenta las temperaturas globales, más probable es que los virus y las bacterias capturados por los glaciares y el permafrost puedan reactivarse e infectar a la vida silvestre, particularmente a medida que su rango también se desplaza más cerca de los polos.

Un ejemplo: en 2016, un brote de ántrax en el norte de Siberia que mató a un niño e infectó al menos a otras siete personas se atribuyó al cadáver de un reno infectado que se encontraba atrapado en el permafrost y al derretirse expuso el contagio. El último brote en la región se había registrado en 1941.

El Dr. Stéphane Aris-Brosou y sus colegas de la Universidad de Ottawa en Canadá, para comprender mejor el riesgo que representan los virus congelados, recolectaron muestras del suelo y sedimentos del lago, cerca de donde fluían pequeñas, medianas y grandes cantidades de agua por el deshielo de los glaciales locales.

Después, secuenciaron ARN y ADN de las muestras para identificar las firmas que coincidieran estrechamente con las de virus conocidos, así como posibles huéspedes animales, vegetales o fúngicos, y ejecutaron un algoritmo que evaluó la posibilidad de que estos virus infectaran grupos de organismos no relacionados.

La investigación, publicada en Proceedings of the Royal Society B, estableció que el riesgo de que los virus infectaran a nuevos huéspedes era mayor en lugares cercanos a donde fluían grandes cantidades de agua del deshielo glacial, una situación que se vuelve más probable a medida que el cambio climático aumenta la temperatura del planeta.

El equipó no calculó cuantos de los virus que identificaron previamente eran desconocidos, algo que será el próximo paso en los siguientes meses, ni evaluaron si estos nuevos virus eran capaces de desencadenar una infección.

Permafrost

Sin embargo, otras investigaciones recientes han sugerido que los nuevos virus pueden, y lo hacen, vagar en el hielo glaciar. El año pasado, investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos anunciaron que habían encontrado material genético de 33 virus, 28 de ellos nuevos, en unas muestras tomadas en la meseta tibetana del lado de China. De acuerdo con los análisis, se estimó que los virus tenían unos 15,000 años de antigüedad.

En 2014, científicos del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia en Aix-Marsella, lograron revivir un virus gigante que aislaron del permafrost siberiano, haciéndolo infeccioso nuevamente por primera vez en 30,000 años. El autor del estudio, Jean-Michel Claverie, le dijo a la BBC en ese momento que exponer tales capas de hielo a las altas temperaturas podría ser «una receta para el desastre».

Pero, predecir un alto riesgo de contagio no era lo mismo que predecir efectos de contagio reales o pandemias, advirtieron los científicos de Aix-Marsella. «Mientras los virus y sus ‘vectores puente’ no estén presentes simultáneamente en el medio ambiente, la probabilidad de eventos dramáticos probablemente siga siendo baja», escribieron.

Jean-Michel Claverie

Por su parte, los científicos prevén que el cambio climático altere el rango de las especies existentes, lo que podría poner en contacto a los virus o bacterias antiguas con nuevos huéspedes. «La única moraleja que podemos presentar con confianza es que a medida que aumentan las temperaturas, aumenta el riesgo de contagio en este entorno en particular», dijo Aris-Brosou. «¿Esto conducirá a pandemias? Absolutamente no lo sabemos».

Tampoco está claro si el potencial de cambio de que el huésped identificado en el lago Hazen es único dentro de los sedimentos del lago. «Por lo que sabemos, podría ser lo mismo que la probabilidad de cambio de huésped planteada por virus del lodo en su estanque local», dijo Arwyn Edwards, director del Centro Interdisciplinario de Microbiología Ambiental de la Universidad de Aberystwyth.

Sin embargo, «necesitamos urgentemente explorar los mundos microbianos en todo nuestro planeta para comprender estos riesgos en contexto», dijo. «Dos cosas están muy claras ahora. En primer lugar, que el Ártico se está calentando rápidamente y los principales riesgos para la humanidad provienen de su influencia en nuestro clima. En segundo lugar, que las enfermedades de otros lugares están llegando a las comunidades y ecosistemas vulnerables del Ártico».