Opinión

“… Que siempre sí”.

Es desconcertante cómo en el mismo gabinete presidencial vuelan las renuncias y los ‘reacomodos’.

Lo más incómodo y desconcertante es cuando ni el mismo gabinete sabe qué contestar.

… Son rumores, son rumores.

En los corredores de Palacio Nacional se filtró información sobre la renuncia de Julio Scherer, renuncia que el mismo vocero presidencial había negado, diciendo que eran rumores y encima de todo, señaló que “el chisme” era obra de los medios de comunicación. Pero claro, qué se podía esperar del enemigo.

Otro que ni supo qué contestar sobre el asunto, fue Adán Augusto, a quien se le cuestionó saliendo muy «de prisita» del Tercer Informe que si el rumor de la renuncia de Scherer era debido a él, a lo que dijo:

«No, otro día opinamos».

Ahí está que nadie le preguntó a Ricardo Monreal, presidente de la Junta Coordinadora Política (Jucopo) pero se dio a la tarea de declarar que “era normal” las bajas en el gabinete.

«Es normal todos los cambios en el gabinete son producto de la decisión del presidente (…) Hay desgaste en el ejercicio de la función pública Así es. Los cambios son naturales en cualquier administración”.

Pero dicha salida, querido lector ¡usted, ya lo sabe! Esto tiene motivos de trasfondo.

Primero, el desgaste que puede provocar el cargo, un cargo con múltiples tonalidades y creativos cambios en la administración presidencial.

Ahora bien, como Consejero Jurídico, Scherer, tenía a su cargo revisar y validar los decretos o acuerdos de López Obrador, además de cuidar los proyectos e iniciativas de ley del presi presentados al Congreso de la Unión.

Por supuesto otro motivo, pudiera ser la entrada de algún otro personaje político a la administración 4T y, en este caso, la incómoda llegada de Adán Augusto López, como nuevo titular de la Segob.

López Obrador, bien contento con la llegada de “su cuate” Adán Augusto, apenas el martes, anunció algunas de sus funciones como nuevo secretario de Gobernación, en las que se incluía una relación con Alejandro Gertz y con Arturo Zaldívar, funciones que pertenecían a la cartera de trabajo de Julio Scherer.

Mi presi, con las mejillas sonrojadas y el calor de la emoción, no contuvo sus palabras, hiriendo a uno que otro leal de su equipo.

Hoy, bien sentadito en “la mañanera”, quien pensábamos que llegó para desmentir el rumor y decir que “todo estaba bien“, más bien esperó paciente su turno para anunciar su renuncia a la Consejería Jurídica. 

Eso sí, tuvo 20 horas para escribir la emotiva carta de agradecimiento que no pudo faltar.

La trayectoría del presidente Andrés Manuel López Obrador ha estado marcada por la firmeza en sus convicciones, la honorabilidad y el compromiso incuestionable por el pueblo al que tanta dignidad representa; México es la razón a la que se debe la Patria de sus amores.

En nuestras circunstancias, durante más de dos décadas conocí al primer mandatario, tanto como un hombre puede conocer a otro, en las complejidades de la amistad, lo expreso sin presunción, conozco la profundidad de un ser humano extraordinario.

Tuve la oportunidad de acompañarlo en tiempos aciagos perseguido desde las distintas fracciones del poder, y tuve también la suerte de recibir su invitación para sumarme al proceso de transformación que hoy encabeza.

El presidente me encomendó dar sentido a la concepción más pura del derecho, poner la ley al servicio del pueblo en búsqueda de la justicia social de un país tan desigual que hoy necesita justicia. Desde la lealtad, oxígeno entre la gente que se quiere, acordamos la elaboración de las reformas que hoy son base de este proyecto de nación.

Hoy el ciclo se ha completado. Esa es la razón por la cual doy por terminada la máxima distinción en mi carrera profesional, el trabajo hombro hombro junto al presidente de México como su consejero jurídico. Desde la Consejería Jurídica atestigüé la batalla diaria que el presidente López Obrador emprendió para que los mexicanos vivamos orgullosos de este nuestro Gobierno, de nuestra Nación y de nosotros mismos: A partir de hoy lo haré desde otro lugar.

No son palabras ligeras, nacen desde el corazón, presidente.

Hay compromisos finitos, los de la lealtad y los de la amistad son irrenunciables. Mi gratitud para cada uno de sus colaboradores, pero para usted mi gratitud infinita.

Scherer, luego de algunos agarrones con “Olguita” Sánchez Cordero, Ramírez Cuevas y Rogelio Ramírez de la O, ya había buscado su renuncia en dos ocasiones sin éxito, sin embargo, en lo que respecta al presi, ya estaba desechado.

El adiós de Scherer, se da con un abrazo de ‘Judas’ al finalizar la mañanera.