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QUITA ANCIRA BIENES A MONROY POR ROBO

La Prensa

El ex Director de Recursos Humanos de Altos Hornos de México, Fernando Monroy, ofreció residencias, ranchos y autos a Alonso Ancira al dialogar ambos en la residencia del empresario acerero en San Antonio, Texas.

No hubo perdón y la plática fue complicada, el dolor de la traición podía más que cualquier otro interés, no se podía tentar a Ancira fácilmente, menos cuando los bienes ofrecidos salieron de su bolsa.

Sin embargo, se tuvo un avance mínimo, el valorar la oferta de los bienespara regresarle a Ancira lo Robado”, en apenas un 30 por ciento del monto de lo defraudado, cantidad no definida aún en rango oficial.

Fuentes cercanas a esta negociación establecen que Monroy llegó con una oferta tentadora y “con bienes que jamás se le habían visto, ni siquiera se imaginaban fuera su propiedad”.

Vehículos de lujo, ranchos, en los rumbos de Candela, residencias, efectivo.

Todo sirvió para abonar apenas un 30 por ciento.

La estrategia de Monroy de negociar con Alonso Ancira sería, para él, el inicio de un acercamiento con el empresario.

De hecho se dio en la semana, pero no se tuvieron los resultados necesarios, Monroy le abona a lo robado un 30 por ciento y en el ánimo de Alonso Ancira deja una mezcla de desilusión, coraje y falto de confianza para quien consideraba su brazo fuerte en las contrataciones, su hermano menor, el hijo que no tuvo.

La tasa del 30 por ciento a los bienes ofertados por Monroy es muy poco, comparado con el valor real de éstos, aunado a que la negociación Monroy-Ancira, se dio en términos complicados para el primero.

Uno de los factores no superados, no se podía hacer caer en tentación con la oferta de bienes a un hombre que lo tiene todo, aparte, eran bienes comprados con su dinero.

Por ello la tasa de oferta fue mínima, de apenas un 30 por ciento a las residencias, rancho, vehículos y el efectivo se fue “cobrado al modo del empresario acerero”.

De manera oficial la empresa ha dado a conocer solamente la caída de Monroy y de Germán Cepeda, su segundo de a bordo, por malos manejos en las contrataciones.