Londres, Inglaterra. – (Agencias) Este lunes, un juez británico falló en contra de la extradición solicitada por Estados Unidos del director de Wikileaks, Julian Assange, porque podría suicidarse o podría no estar protegido de dañarse el mismo en una cárcel estadounidense.
Assange ha estado recluido en la prisión de Belmarsh en Londres, desde que la policía irrumpió en la sede de la Embajada de Ecuador, que había revocado su asilo a la salida del presidente, en ese entonces, Rafael Correa.
El creador de Wikileaks está acusado de 18 cargos. Entre ellos, la de conspirar para obtener y divulgar correos diplomáticos clasificados e informes militares de las guerras de Afganistán e Irak.
El portavoz del Departamento de Justicia dijo que Estados Unidos apelará la decisión del juez. La justicia norteamericana pretendía llevar a Assange a enfrentar los cargos ante un tribunal estadounidense, lo que podría significarle cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad, de resultar culpable.
La jueza británica, Vanessa Baraitser, no se opuso a los cargos del caso. Rechazó los argumentos del equipo de abogados de Assange de que el gobierno de Trump estaba tratando de castigar al periodista australiano, de 49 años, por sus opiniones políticas.
No tenía ninguna duda, dijo la jueza, de que Assange recibiría un juicio justo en Estados Unidos, y que no le importaba si el proceso levantaba la protección a los periodistas y editores.
Agregó que Assange, al alentar a los hacker a unirse a la CIA o irrumpir en las computadoras del gobierno para dar material a Wikileaks y divulgarlo, no estaba actuando como tradicionalmente lo haría un periodistas de investigación.
Sin embargo, Baraitser detuvo la extradición basándose en el perfil psicológico elaborado por los psiquiatras que solicitó la defensa.
En este perfil, los psiquiatras subrayaron que Assange estaba planeando suicidarse si enfrentaba el juicio en Estados Unidos.
Baraitser ratificó la contundencia de las pruebas presentadas por la defensa de que Assange sufre una depresión severa. Assange había dejado una nota suicida y había pedido la absolución de un sacerdote. Una hoja de afeitar fue encontrada en su celda.
«La impresión general es de un hombre deprimido y a veces desesperado, temeroso de su futuro», dijo Baraitser.
Su argumento se centró en las condiciones que enfrentaría si era condenado. Los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, la Instalación Máxima Administrativa o AMX, en Florence, Colorado, pasan 23 horas encerrados casi sin contacto humano.
“Anta las condiciones de aislamiento casi total sin los factores de protección que limitaban su riesgo en la HMP Belmarsh, y convencida de que los procedimientos descritos por los Estados Unidos no impedirían al Sr. Assange encontrar una manera de suicidarse, por está razón he decidido que la extradición es opresiva y causaría daño mental, y se rechaza”, leyó la jueza en su sentencia.
«Estoy decepcionado, sin duda», dijo el fiscal estadounidense G. Zachary Terwilliger, quien presentó el caso contra Assange.
Pero, dijo que estaba «gratamente sorprendido» de que el juez basara su fallo en la salud mental de Assange y no en argumentos sobre motivación política, juicio justo o libertad de expresión.
Assange fue devuelto a la prisión de Belmarsh el lunes. Buscará la libertad bajo fianza, y su abogado Edward Fitzgerald dijo que la defensa presentará nuevas pruebas el miércoles para contrarrestar un fallo anterior de que Assange es un riesgo de fuga.
Después del fallo del lunes, el gobierno mexicano ofreció asilo a Assange. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia de prensa matutina que el fundador de WikiLeaks «merece una segunda oportunidad».
López Obrador, un abanderado desde hace mucho tiempo para la izquierda de México, dijo que Assange «no interfirió en los problemas políticos de ningún país».
