Muchos tuvieron que trabajar desde casa; otros, un día si, y el otro no, o sólo a medios turnos, pero las personas de la tercera edad de plano se fueron a sus casas para ser resguardados de la contingencia COVID-19.
Al inicio de la pandemia, los empacadores de los súper mercados dejaron de laborar y no pudieron generar ganancias; sólo recibieron una modesta ayuda a partir de instituciones como el DIF Coahuila, que les apoyaba para que no se vieran totalmente desamparados.
Hoy en día, a 10 meses de que se vieron obligados a parar, han regresado con las medidas preventivas necesarias, tal como lo platica don Juan Antonio.
El empacador señala que era importante regresar a las actividades y ahora a trabajar para llevar algo de sustento a casa.