Opinión

REGRESO A LAS AULAS

Probablemente una de las decisiones más difíciles en la vida de los padres de familia es determinar si sus hijos regresan a las aulas o no, pero ¿Son necesarias las clases presenciales? ¿Vale la pena el riesgo por mejorar su estado emocional?

Cuestionamientos difíciles de responder.

El lunes 23 de agosto en Coahuila no será como cualquier otro regreso a clases. Dentro de las aulas se observará la respuesta de los padres de familia hacia las autoridades educativas en llevar o no a sus hijos a la escuela, obedecer o no a la Secretaría de Educación que encabeza Higinio González Calderón, quien recientemente declaró que el regreso presencial es obligatorio en las escuelas ya establecidas.  

Afirma que son “100 veces mejor las clases presenciales que las de en línea”. Claro que son mejores, pero además del miedo que ya viene incluido en la pandemia que atraviesa nuestro País y el mundo, surge otro temor: el del contagio y muerte en los menores, después de que en las últimas semanas se ha conocido que la mortandad en jóvenes y niños se ha incrementado.

La salud mental también es prioridad, así como la seguridad de los más vulnerables, y es el factor esencial por el cual las autoridades del Estado han determinado obligatorio el regreso a la escuela.

En México creció exponencialmente la violencia familiar por el confinamiento; dos de cada tres mujeres son violentadas ya sea física o sexualmente. Claro, elimpacto también es en los menores que observan estas conductas e impacta en su estado emocional, sin dejar de decir que un porcentaje semejante es el de niños maltratados física y sexualmente al interior de no pocos hogares mexicanos.

Es muy crudo lo que citaré, pero es la realidad que se vive en colonias marginadas principalmente. 

El salir a la escuela para muchos es su escape, incluso su diversión, el distraerse con el aprendizaje y dejar a un lado la falta de dinero para lo elemental, el alcoholismo de los padres, la violencia y agresión entre los progenitores, y lo más lamentable, la horrenda verdad del abuso sexual a menores.

Lo dijo nuestro “flamante” presidente Andrés Manuel López Obrador: hay que tomar riesgos, aunque como muchas declaraciones después reculó; sin embargo, la decisión está en cada padre de familia.

La obligación es oficial, pero al final del día la consecuencia recae en el tutor del pequeño o adolescente.

Cierro con este comentario de un buen amigo y excelente sicólogo, don Marco Antonio Gámiz Garza, que hace alusión al distinta pensar de la gente: “una de las cosas más bonitas de la vida es pensar diferente a los demás”. 

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