Opinión

Rostros

APERTURA 

Apenas empezó a bajar la ocupación de camas COVID-19 en los hospitales de Coahuila, de inmediato se anunció que podrían reactivarse diferentes actividades y se autorizaría la apertura de lugares. Tal pareciera que, por arte de magia, el mortal virus se disipó.

Aunque muchos quisiéramos que así fuera, no es así. En efecto, la ocupación hospitalaria descendió de forma considerable, así mismo el número de contagios, pero el SARS-CoV-2 sigue activo y dicen los que le saben que llegó para quedarse.

Es cierto que los cinco Subcomités Técnicos Regionales han permitido realizar varias actividades que hasta la semana pasada veíamos imposible que regresaran; la vox populi de inmediato reaccionó criticando severamente a las autoridades que los encabezan. 

El rumor inicial de esta pandemia, en referencia a que el nuevo coronavirus era un engaño para asustar a la población y enriquecer a la industria farmacéutica, regresó junto con el sospechosismo, pues de un día a otro todo mejora.

Pero es preciso decir que las decisiones que se han tomado desde el inicio de esta emergencia sanitaria, que ha pegado no sólo a Coahuila sino a todo México, son difíciles.

Por ejemplo, la suspensión de clases donde hoy vemos los estragos; la prohibición de actividades no esenciales, lo que también ha costado mucho; la recomendación de trabajar desde casa; el difícil momento de reformar la ley para sancionar a quien no utilice el cubre bocas; y prohibir la presencia injustificada en la calle sin un toque de queda.

En estas nuevas decisiones que ya son criticadas, se tiene que tomar en cuenta que la apertura de los estadios de fútbol, áreas de esparcimiento, bailes en pista, y la ampliación de horarios en restaurantes y bares conllevan reactivación de economía que se convierte en generación de empleos, y lo primordial con relación a los eventos sociales y áreas recreativas: la salud mental. 

Las estadísticas dejan ver que el estrés y los conflictos emocionales de la sociedad vienen del encierro de ya un año.

Hoy el reto de las autoridades es la educación dentro de esta nueva normalidad; el uso indefinido del cubre bocas, del gel anti-bacterial, el no acercarse tanto a otras personas, el saludo de puño o de codo, la sanitización constante, se mantendrán en el día a día y por mucho tiempo, hasta inmunizarnos del maldito bicho llamado Covid-19. 

Las cosas como son.

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