Se empezaron a mover las piezas en el organigrama estatal; 2021 inició con renuncias de funcionarios que decidieron irse a la grilla y dejar su silla.
Minuciosamente, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, está moviendo sus piezas: la llegada de Fernando de las Fuentes Hernández es clave; el mandatario estatal es conocedor de lo que “El Diablito” implica para el priísmo estatal, sin dejar a un lado el valor de De las Fuentes en la secretaría de Gobierno y la política interior.
Así mismo, el priísmo de la vieja escuela representando por Enrique Martínez y Morales; ese grupo de élite tricolor está asegurado con el arribo del hijo del ex gobernador Enrique Martínez y Martínez.
Pero aún falta una pieza clave por definir la política al exterior del palacio rosa, por eso lo tardío en designar al sucesor de Román Alberto Cepeda en la Secretaría del Trabajo.
Esta posición debe continuar con la tarea de la reactivación económica, una de las prioridades del gobernador Riquelme; también de mantener con los sindicatos importantes una buena relación.
El perfil debe ser preciso porque, además de estos dos factores, prácticamente son los funcionarios de primer nivel que van a cerrar la administración riquelmista.
En los corredores de palacio de gobierno y entre los “cafetólogos” se escuchan varios nombres claves en estos enroques: la ahora ex diputada local Lili Gutiérrez a la Secretaría del Trabajo, aunque no se descarta el regreso a Saltillo de Samuel Rodríguez quien podría ocupar esa, o la Secretaría de Educación, porque es fuerte el rumor del movimiento de Higinio González Calderón, aunque se desconoce su paradero de concretarse lo anterior.
Las cosas como son.
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