OpiniónReligión

Santos Inocentes (Reflexión)

Esto es, una gotita de Sabiduría, una enseñanza para el corazón…

Creo que para un cristiano del siglo XXI ésta una de las páginas más crueles y difíciles del Evangelio. La vida de Cristo empieza con un reguero de sangre, de sangre inocente.

La tradición ha rodeado de bromas y chistes ese 28 de diciembre en que se recuerda a estos inocentes. ¿No será que rodeamos de sonrisas lo que nos aterra? Porque ante la escena de la huida de Cristo y la muerte de los pequeños, un cristiano no puede sentir otra cosa que horror y espanto.

La huida. Podemos imaginarnos lo asustado que quedó José después del anuncio del Ángel.  Y así partieron, sin sospechar que la gran tragedia quedaba a sus espaldas.

El tirano. Cuando Herodes vio que los magos lo habían engañado, estalló su cólera. No podía aceptar que alguien se hubiera burlado de él. Lo que le preocupaba, al rey no era tanto el niño, sino un posible movimiento mesiánico, por lo tanto mandó asesinar a todos los recién nacidos de Belén y sus alrededores.

El sentido. ¿Cuántos fueron los muertos? La leyenda ha multiplicado las cifras: habla da centenares; de miles. Sin embargo, Belén era en aquel tiempo un pueblo pequeño y con sus alrededores no podía tener más de 20 o 30 niños varones menores de dos años. Pero no es el número lo que nos horroriza, sino el hecho. ¿Por qué murieron estos niños? 

La Iglesia, ha  venerando con cariño a estos pequeños, ha tratado de entender el misterio de su muerte: aún no hablaban y confesaron a Cristo. Dieron testimonio de Él; no con sus palabras, sino con su sangre. Ellos fueron sin saberlo, los primeros mártires. Más aún, ellos fueron salvadores del Salvador. Porque no sólo murieron por Cristo, si no también murieron en lugar de Él. Fueron los primeros cristianos, los primeros santos de la Iglesia. Y, por eso, tenemos la alegría de celebrar su fiesta.

Queridos hermanos, que estos Santos Inocentes nos ayuden a nosotros a dar valientemente testimonio de Cristo ante los hombres, tanto con nuestra palabra como con nuestra propia vida.

Esto fue, una gotita de Sabiduría, en enseñanza para el corazón…