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Se lleva Covid a matrimonio

La Prensa

Con sólo cuatro días de diferencia y en plena temporada navideña, falleció un matrimonio que llevaba 42 años unido; el pasado 22 de diciembre murió Guadalupe Terrazas y este 26 de diciembre Octaviano Hernández, ambos víctimas de Covid 19.

Octaviano Hernández nunca supo que su compañera de vida de más de 4 décadas ya había dejado el mundo terrenal, pues él continuaba hospitalizado, en la lucha que compartió un equipo interdisciplinario para sacarlo adelante, pero lamentablemente no fue posible.

Octaviano de 67 años  y Lupina como era conocida, de 65 años, mantenían un matrimonio unido y feliz, que procreó cinco hijos, enseñándoles profundos valores, principalmente estar juntos en cualquier circunstancia y ayudarse mutuamente entre los hermanos.

Ambos tenían su vivienda en la colonia Picasso de Monclova.

El matrimonio permaneció hospitalizado en el IMSS Monclova, mientras sus hijos y seres queridos oraban para que lograran superar los efectos del contagio que les afectó, y que en su caso los atacó con fuerza.

Lupina tenía un estado de salud vulnerable a este virus, pues padecía desde hace años de diabetes y además era hipertensa, mientras su esposo padecía alta presión y aparentemente no contaba con vacunas.

El matrimonio era muy conocido en los ambientes escolares, pues durante mucho tiempo operó la cafetería que se ubica en el CBTis 36, y posteriormente estuvieron en el CONALEP realizando este mismo trabajo.

En su tiempo fueron socios de Campestre De Lago, donde formaron parte de un grupo de amigos que se formó entre accionistas de dicho club, y al que pertenecieron hasta el final de sus días.

Lupina integraba un equipo de volibol de mujeres, que décadas después seguían frecuentándose, a pesar de que ya no practicaban este deporte, en el grupo que ellas mismas llamaron “Amigas por Siempre”.

Mientras que Octaviano jugó softbol en el equipo Halcones de Campestre De Lago, donde también cosechó grandes amistades.

Sus hijos recibieron las condolencias por parte de amigos, familiares y vecinos del matrimonio, quienes lamentaron la irreparable pérdida de dos personas que cumplieron de manera ejemplar su papel como padres y disfrutaron ser abuelos, así como la convivencia con la comunidad.