Respecto a las infecciones de COVID-19, el panorama es difícil en la región Sureste de Coahuila.
Saltillo, la ciudad capital, es la que tiene mayor número de contagios activos, casi 800.
Aunque la hospitalización no es preocupante, sí tiene que tomarse en cuenta que van al alza y tienen que ser detenidos.
“Tenemos 80 hospitalizados. El día de ayer sólo subió un hospitalizado y hubo alrededor de 300 casos positivos. La situación es que se redujo el número de camas, la ocupación que damos no es; lo manejamos con el número de hospitalizados, traíamos más de 35 casos”, indicó Jaime Guerra Pérez, coordinador del Subcomité Técnico COVID-19 Región Sureste.
“Ahorita traemos más del doble. La preocupación es esa, no tanto el porcentaje de hospitalización; podemos llegar a tener 474 camas. Si lo sacamos así, la ocupación es de 15 por ciento”, añadió el también secretario de Economía del Gobierno de Coahuila.
“Tenemos menos casos graves. Hay gente vacunada que está hospitalizada. La mayor parte de la gente hospitalizada es gente que no está vacunada, nos pega directamente”, detalló.
Por el momento, los aforos y horarios laborales de espacios públicos continuarán como están; sin embargo, Saltillo no está exento de reajustarlos, lo que sería catastrófico para la economía de los capitalinos, señaló.
“Estamos en semáforo (epidemiológico) amarillo y regresaremos a verde, tendríamos que pasar a anaranjado y tener riesgo de pasar a rojo para tomar la decisión de restricciones. Lo que estamos haciendo es apoyar las medidas de vigilancia para cumplir los protocolos, exigir el uso de cubre bocas.
“Lo que no queremos es que por algunas personas nos vaya a afectar a otros, lo han declarado los presidentes de cámaras empresariales: un nuevo cierre sería muy difícil sobrepasarlo y queremos seguir creando empleos”, manifestó el funcionario.
Recordó que los bares “disfrazados” de restaurantes a los que se les permite trabajar los domingos deben cerrar actividades a las 11 de la noche.
