Damasco, Siria. – (Agencias) Idlib, es el último bastión rebelde. Miles de ciudadanos salieron a la calle ondeando la bandera del Ejército Rebelde de Siria, a manifestarse contra el régimen de Bachar Al-Asad y a una cruenta guerra de 10 años que parece interminable.
Empujados por los vientos de libertad lanzados desde la “Primavera Árabe”, el 15 de marzo de 2011 estalla la revuelta en este país contra el gobierno desencadenando una de las crisis humanitarias mas graves de la historia.
El conflicto se convirtió en un verdadero avispero de facciones. El Estados Islámico aprovechando la situación y un sinnúmero de países interviniendo en el enfrentamiento, de una u otra manera.
Un país destruido
La guerra de Siria ha causado que más de 5.5 millones de personas hayan abandonado el país, y otros 6 millones han sido desplazados dentro del país.
De acuerdo con dato del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, cerca de 400,000 personas han perdido la vida durante una década del conflicto, 117,388 de ellos eran civiles y dentro de ellos, 22,254 eran niños.
La Coalición Nacional Siria (CNS), la oposición armada a Al-Asad, se reunió este lunes en la provincia de Alepo, en el noroeste de Siria, para analizar los últimos acontecimientos de a guerra civil.
La CNS, con sede en Turquía, del que recibe la mayor parte de apoyo militar, dejó claro que “la revolución continua hasta su triunfo”, a la vez que exigirá “la rendición de cuentas para los criminales de guerra del gobierno de Al-Asad”.
Después de 10 años, el régimen de Al-Asad permanece en el poder, de la mano de Rusia.
