Boise, Idaho. – Era la víspera del Año Nuevo de 1999, Krystal Surles, de 10 años, se encontraba en su casa cerca de San Antonio, al sur del estado de Texas, junto con Kaylene Harris, su amiga de 13 años, cuando fueron atacados por un asesino serial que con un cuchillo de carnicero les corto el cuello. Su amiga no sobrevivió.
De acuerdo con The Washington Post, casi dos décadas después, después de que el asesino fue capturado, juzgado, condenado y ejecutado, la víctima recibió una gran cantidad de fotografías de esa terrible noche.
Alvin Willie George, un residente de Florida, que nunca había conocido o visto, comenzó a acosarla en las redes sociales.
Durante meses, George acosó a la víctima y a sus hermanas a través de mensajes de Facebook que contenían fotos de la escena del crimen, amenazándolas con violarlas y matarlas, según consta en los registros judiciales.
El jueves, George fue sentenciado a 51 meses de prisión federal y tres años de libertad supervisada después de declararse culpable de los cargos de ciberacoso.
El delito fue tipificado en una enmienda en 2013 a la Ley de Violencia contra la Mujer, que prohíbe el acosos en línea.
Convirtiendo en delito federal usar una computadora para poner a una persona “con miedo razonable a la muerte o lesiones corporales graves» o «causar angustia emocional sustancial».
En 1999, Tommy Lynn Sells, un vagabundo de 30 años, a quien se le vinculó con casi una docena de asesinatos, entró por la ventana en el cuarto donde dormían las niñas y con un cuchillo de carnicero les corto el cuello.
La menor sobrevivió fingiendo estar muerta, hasta que el asesino se fue, según consta en las actas judiciales.
Sells fue declarado culpable y condenado a muerte por asesinato e intento de asesinato. Fue ejecutado en 2014 en Texas.
George, un joven de 25 años de Cross City, en Florida, había estado investigando los crímenes de Sells en Internet, y comenzó a acosar a la victima y a sus hermanas a finales de 2016, dijeron los fiscales del caso.
El acosador utilizó varias cuentas falsas de Facebook en el trascurso de “varios meses”, para enviarle la misma foto del dormitorio donde ocurrió el ataque, según su declaración de culpabilidad.
Al año siguiente, en la primavera y en verano, los inundó con mensajes abusivos y amenazantes, diciendo a la familia que sabía dónde vivián y que iba a matarlos.
Finalmente, las autoridades intervinieron, y en diciembre de 2017 el FBI entrevistó a George en su casa en Florida, según consta en los registros judiciales.
No se sabe si los agentes supieron al final por qué comenzó a hostigar a la víctima y a sus hermanas, ya que muchos de los documentos del caso permanecen sellados.
Pero en el acuerdo de culpabilidad, George «admitió haber creado cuentas de Facebook para enviar amenazas para herir a personas que podrían haber conocido o sido asociadas con la niña que fue asesinada».
La sentencia por los cargos de ciberacoso fue cercana a la pena máxima de cinco años de prisión que establece la Ley.
Se le sentenció, además, a pagar la cantidad de 525 dólares como restitución a una de las víctimas. Todo este caso fue llevado por la oficina del fiscal federal en Idaho.
