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Spider-Man: No Way Home (sin spoiler)

Volvamos un momento al pasado. No puedo concretar mucho el año, pero sería 1993, un extraño día en una tienda de revistas de Monclova, encontré el libro “La muerte de Supermán”. No se por qué motivo o razón mis padres me lo compraron, si no acostumbraban seguir mis berrinches. El punto es que ese libro negro, que si bien lo hubiese conservado ahora tendría una fortuna por el valor que tiene actualmente, fue mi primer acercamiento consciente a los súper héroes, ese lejano año fue donde pude ver que existían además de Batman y Supermán, otros igual de importantes como la Mujer Maravilla, Acuamam, Spiderman…

Y digo consciente porque sí, gracias a leer ese libro unas 500 veces descubrí lo que ERA ser un superhéroe, como tiene que llevar una doble identidad, algo que por ese entonces no me cabía en la cabeza, y en definitiva, fue un gran recuerdo de mi infancia ese momento en el que conocí a Peter Parker.

Es por ello que tenía muchas ganas a «Spider-Man: No Way Home», por ese planteamiento, más allá de los villanos, de hacer pública la identidad de un súperhéroe. Reaccionarios hay en todos lados (solo hay que ver el tema de la vacuna) porque aunque como para mí yo de 7 años puede parecer un tema de simple solución, lo mejor es que todo el mundo sepa cómo salvó al mundo, requiere de cierta madurez escenificarlo bien. Me refiero a escenificarlo bien, porque «No Way Home» no está reinventando la rueda con esto, pero al final de la película el resultado es que nos encontramos con un Peter Parker maduro y un Tom Holland que crece con el personaje.

No me convencieron nada ni «Spider-Man: Homecoming» ni «Spider-Man: Lejos de Casa». Nunca había empatizado con el personaje de Tom Holland. Primero pensé que era por simple nostalgia, porque el de Tobey siempre está en mi corazón, pero Andrew Garfield sí que me convenció en la saga Amazing, así que llegué a la conclusión de que era un Spider-Man muy blandito. Si, ha peleado contra Thanos, pero hasta ahora ha lidiado con muchos otros compañeros sus problemas. Aunque quede un poco rancio decirlo, al Spidey de Tom Holland le falta mucha calle, y en esta película tendrá que aprender a valerse por sí mismo, algo que es la base de su relación con Doctor Strange.

Con un significado muy potente para el personaje, además la película es frenética. No dejan de pasar cosas todo el rato. Son 2 horas y media que pasan en un suspiro y eso es porque es una película frenética y que no da ni un respiro. Pero además, tiene momentos muy oscuros, se tocan temas muy delicados, pero sigue estando toda la esencia de Spider-Man, de hecho tiene momentos realmente divertidos. Es una película hecha para reír, llorar y sobre todo, pasar un gran rato en la sala. 

Si a todos esos ingredientes le sumamos lo que ya les he contado al principio, mi idílica y nostálgica relación con el personaje, solo puedo decir que «Spider-Man: No Way Home» es la mejor experiencia que he vivido en una sala de cine, y la mejor quiere decir exactamente eso. Tendría que pensar en qué lugar estaría en mi top, pero no baja del tercero y probablemente se pueda convertir en mi favorita en un segundo visionado.

Y es que «Spider-Man: No Way Home» lo tiene todo, está hecha con un cariño descomunal y es la representación más mágica de lo que significa la figura de tu amigo y vecino Spider-Man. He salido de la sala emocionado como un chiquillo, un chiquillo que se ha fumado un cigarro al salir de la sala, pero como un chiquillo. Una experiencia inolvidable y que espero que todo el mundo disfrute en las salas.