Sus palabras no tenían ataduras. En sus adentros pensaba que los reyes tenían la obligación de escuchar al pueblo. Los tiempos difíciles le dejan enseñanzas. Sus valores trasmitían amor y eran un alimento para el alma. “La mejor salsa del mundo es el hambre”.
7 de Junio Digital > Noticias > Cultura > Tiempos difíles