Camberra, Australia. – (Agencias) Empiezan las reacciones de Francia tras lo que han llamado “la traición de submarinos” que, dicen orquestaron Australia y Estados Unidos.
EL gobierno australiano canceló repentinamente un contrato de 56,000 millones de euros en submarinos franceses para, ahora, comprar submarinos nucleares estadounidenses.
De inmediato el gobierno francés llamó a su embajador en Australia. El embajador francés ha calificó la operación como “un enorme error” antes de salir de Camberra.
Jean-Pierre Thebault, embajador de Francia en Australia, dijo: «Me gustaría retroceder con una máquina del tiempo y salvar esta cuestión. Me gustaría estar en una situación que no fuese tan torpe, inadecuada e increíble como esta.»
Aparte del daño económico, el Elíseo considera que hay una pérdida de confianza que puede suponer la revisión de las alianzas que tiene con ambos. Francia también ha llamado a consultas a su embajador en Estados Unidos.
John Kirby, portavoz del Pentágono, señaló: «Altos funcionarios de la administración han estado en contacto con sus homólogos franceses para discutir este acuerdo, incluso antes del anuncio».
Ese acuerdo, bautizado como Aukus, genera un daño también en el plano geoestratégico, ya que minimiza la influencia de París en el escenario indo-pacífico, donde cuenta con intereses directos por sus territorios de ultramar.
Decisión incierta
Con la decisión de llamar a consultas a los embajadores en Australia y Estados Unidos, Macron lleva la tensión a su máxima expresión, al tiempo que abre una vía cuyo resultado parece incierto.
Mientras en París nadie se atreve a aventurar cuáles serán los próximos pasos de Macron, Washington y Camberra se apresuran a bajar el tono y tratar de pasar página y a considerar la reacción francesa como una pataleta
El caso de los submarinos tiene también una lectura interna, puesto que se produce a menos de 8 meses de las presidenciales.
Macron debía mostrarse firme, aunque el Elíseo sostiene que la decisión no tiene una lectura electoral y recuerda que en el pasado ya la tomó con Italia y Turquía en momentos de tensión diplomática.
La política internacional puede así entrar en el debate de campaña dominado hasta ahora por cuestiones internas.