Opinión

Truchas

Sin duda, la campaña publicitaria “Ponte Trucha” fue intensa, penetrante, los spots hicieron su trabajo, sin embargo y desafortunadamente sigue imperando la ignorancia, pero también el abuso de malvivientes, disfrazados de abogados, que son contratados por los agiotistas.

Una de las maneras de delinquir de los defraudadores es así; forman agrupaciones de extorsionadores, que bien se puede calificar de delincuencia organizada, porque no le veo otro calificativo, y su forma de atracar, asaltar a mano armada es la siguiente: son tres posiciones para obtener el fraude.

  1. El reclutador: esta persona busca en colonias donde la necesidad está latente, donde hay problemas económicos, pero lo más importante donde hay ignorancia, el estafador con un breve y pobre discurso junta a las próximas víctimas, les pone todo en bandeja de plata, son los “héroes” que vienen a salvarlos de sus necesidades económicas, solo tienen que firmar un pagaré en blanco, después vienen los cobros semanales.
  2. El prestamista: suelta el dinero, reparte el recurso, este personaje es, digámoslo decentemente, el inversionista, el que va a pedir mucho más de lo supuestamente acordado, es el que cobrará hasta 10 veces más el monto que prestó; es el agiotista.
  3. El ejecutor: es el delincuente que se disfraza de abogado, es el que se encarga de meter miedo, de acosar a las víctimas, es el “profesional”, que con una hoja de oficio impresa, con un dictado convincente, utiliza como supuesta denuncia y requerimiento de pago y embargo, es el que intimida a las víctimas del agiotista.

Este negocio se ha hecho muy común, aunque no falsifican documentos oficiales, si los hacen idénticos a los que expediría un juzgado civil, les amenazan de quitarles por la vía legal sus pertenencias, los obligan a pagar hasta el 400 por ciento de interés, los dejan en la ruina.

Es un problema constante que se vive en la periferia de las ciudades, saben con quién hacer el trabajo sucio, las víctimas muchas veces ceden, el miedo que les provocan imposibilita a pensar en que pueden demandar el abuso de confianza de la reclutadora, el acoso del abogadete y la extorsión del prestamista.

La campaña “Ponte Trucha” debe seguir, pero también se debe marcar un precedente de castigar a estos delincuentes que abusan de la ignorancia, que ocasionan serios conflictos en una sociedad vulnerable, donde desafortunadamente está documentado un caso de suicidio por la presión que ejercen estos pillos en las familias de escasos recursos.

Si alguien es víctima de esta forma de estafa o conoce algún caso, denuncie, existen asesorías gratuitas, su servidor les puede conectar con las vías que le pueden ayudar. Pónganse truchas, no se dejen estafar por esta escoria de la sociedad. Hasta luego.